Capitulo 38

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- ¿Sabes lo mal que lo he pasado todo el día? Me has ignorado.

Martin miró de reojo a Juanjo, iban caminando con calma por las calles de su barrio, acababan de salir recién de la boca de metro y aun le quedaban unas calles para llegar a su bloque de pisos. Después de la cena habían acompañado a la madre de Juanjo hasta su hotel, y luego habían vuelto en metro hasta su barrio.

- Ya te dije que no quería que mi madre leyera lo que te ponía.

Juanjo le miraba haciendo una mueca de tristeza con su boca, y nada más verlo no pudo aguantarlo y le sonrió. Intentar parecer enfadado con él le era totalmente imposible, Juanjo siempre encontraba la manera de desmontarlo y de hacer que se le olvidara sus intenciones.

- Es muy simpática.

- No sabes cuanto me alegra ver que os lleváis bien.

- ¿Tenías miedo de que no fuera así?

- No, en realidad a lo que más miedo tengo es a la reacción de mi padre.

- Pero me dijiste que aceptó la noticia de tu bisexualidad bastante bien.

- Bueno, creo que aun no estoy seguro si lo hizo porque mi madre lo tiene bien amarrado, o porque en realidad me acepta...- un suspiro salió de sus labios- ...este finde lo sabré.

- Te voy a echar de menos estos días

Martin saltó sobre la espalda de Juanjo y se enganchó como un koala dejando varios besos en su mejilla, a lo que Juanjo respondió con una risa floja mientras agarraba las piernas del muchacho apoyadas alrededor de su cintura, para evitar que se cayera.

No tardaron demasiado en llegar al portal, y Martin se bajó para que Juanjo pudiera abrir la puerta sin dificultad.

- Me encantaría poder enseñarte Magallón, llevarte al monte, que vieras mi campo, y bueno...que conocieras a mis amigos.

Era la primera vez que el chico decía algo así, Martin que estaba apoyado en la puerta esperando que abriera se le quedó mirando embobado haciendo una mueca de ternura con su cara, aquel chico no iba a dejar nunca de sorprenderlo.

- Espero que algún día pueda ir contigo. Me encantaría.

- Que mono por dios- dijo Juanjo estirando su brazo y agarrando del cuello a Martin para atraerlo hacía él y abrazarlo.

- Venga anda, vamos que es muy tarde ya, y mañana no voy a querer levantarme- Martin se despegó un poco agarrando la mano de Juanjo y tirando de él hacía dentro comenzando a subir las escaleras.

- Yo te hago de despertador, si quieres.

Aquellas palabras hicieron que un escalofrío recorriera cada centímetro del cuerpo del vasco, no terminaba de acostumbrarse a estas interacciones tan naturales con Juanjo, y cada una de ellas le hacía sentir más vivo y flotar como si estuviera entre las nubes. Martin se giró hacía Juanjo sonriendo, se encontraba ya en el descansillo de sus pisos, y pillando de improviso a Juanjo, lo llevó contra su puerta haciendo un pequeño ruido, y agarró sus labios con desesperación.

- Para ser mi despertador tienes que estar a mi lado mientras duermo.

- No pensaba en ningún momento en no dormir a tu lado.

De pronto la puerta de su piso se abrió, Martin y Juanjo sintieron como sus cuerpos, que estaban apoyados en ella perdían el equilibrio, y sin poder remediarlo cayeron al suelo el uno sobre el otro, quedando a los pies de Violeta que les miraba desde arriba sorprendida y confusa.

Pase lo que pase tu y yo // JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora