Capitulo 22

1.5K 111 2
                                    


- ¡Mira para delante imbécil! - dijo alguien a lo lejos mientras escuchaba el motor de un coche alejarse.

- Noticia de última hora, la serie de Mariliendre se ve interrumpida al haber sufrido un accidente uno de sus actores- dijo Juanjo con dificultad- un gran titular, ¿no crees?

La voz de Juanjo sonaba en los oídos de Martin, mientras este sentía como la mano del maño aun seguía aferrada a su sudadera. La respiración de ambos estaba alterada, y Martin acababa de abrir los ojos para encontrarse con la mirada de Juanjo fija en él.

- ¿Puedes...dejar...de hacer...el tonto?- dijo Juanjo- ¡Podrías haberte matado!

El muchacho estaba haciendo acto de contención para no elevar la voz en medio de la calle, mientras que iba soltando el agarré que le tenía hecho a Martin. Por un lado estaba cabreado con él porque casi provoca un accidente que le habría llevado al hospital, y por otro lado tenerlo tan cerca le había hecho sentir un estremecimiento de deseo que le era difícil apartar.

- Perdón, no me di cuenta- dijo Martin sintiéndose realmente mal. Normalmente él era bastante cuidadoso, no se comportaba como un crio idiota y despreocupado. Pero Juanjo hacía que perdiera el norte y que todo lo que había a su alrededor desapareciera.

Juanjo miró a un lado y a otro de la calle tratando de calmarse, las personas que había por allí se les habían quedado mirando, algunas ya habían vuelto a caminar olvidándose de ellos, y algún que otro curioso todavía les prestaba atención.

- No puedes ser tan imprudente- dijo Juanjo en voz baja- No se en Getxo, pero en Madrid los coches van como locos, creía que ya te habrías dado cuenta.

Martin iba a responder, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta cuando vio la intensidad en los ojos de Juanjo. Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, sintió la mano de Juanjo tomar la suya con firmeza. Sin decir nada más, Juanjo lo llevó rápidamente hacia el portal de su bloque, que estaba al final de la calle.

El trayecto fue un borrón. Martin sentía la mano de Juanjo apretando la suya con fuerza, y cada paso que daban juntos parecía resonar en su mente. Cuando finalmente llegaron al portal, Juanjo abrió la puerta y lo empujó suavemente hacia adentro. La puerta se cerró tras ellos con un clic que resonó en el silencio del vestíbulo.

Juanjo no le dio tiempo a Martin de reaccionar. Lo apoyó contra la pared y, sin decir una palabra, lo besó con un deseo que había estado reprimiendo durante demasiado tiempo. El beso fue intenso, lleno de una pasión que estaba latente entre ellos. Martin, sorprendido al principio, se entregó rápidamente, respondiendo con la misma intensidad. Habían pasado demasiados días desde la última vez que tenía sus labios entre los suyos.

Los segundos se convirtieron en minutos mientras se besaban, olvidando todo lo que había a su alrededor. La rabia de Juanjo se disipó, sustituida por un anhelo profundo que finalmente había encontrado su salida. Martin, sintiendo la urgencia en los labios de Juanjo, lo rodeó con sus brazos, atrayéndolo más cerca, como si temiera que ese momento pudiera desvanecerse en cualquier instante.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad. Juanjo apoyó su frente contra la de Martin, sus ojos aún cerrados.

- No vuelvas a hacer algo tan estúpido, por favor - murmuró, su voz temblando ligeramente.

Martin sonrió, acariciando suavemente la mejilla de Juanjo.

- Prometo que seré más cuidadoso - respondió - Pero tienes que admitir que parte de la culpa es tuya por picarme.

Pase lo que pase tu y yo // JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora