Capitulo 10

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Había sido un día bastante intenso, no solo emocionalmente, lo que conllevaba hacerse a la idea de que estabas trabajando de igual a igual con personas tan importantes de la televisión del país como podían ser Blanca Rodrigo, u Omar Ayuso, y ya ni que decir de que los productores fueran los Javis y fueran tan cercanos con ellos.

En su mochila llevaba lo que era ahora mismo su más preciado tesoro, su libreto de guion de la serie Mariliendre. No se separaría de él en los próximos meses, estaba deseando cenar algo para poder echarle un vistazo más a fondo. Aquel día había comenzado con la lectura, y en los siguientes días seguirían con ella, pero es que la historia era irresistible.

Al llegar al portal de su bloque se encontró a una chica morena con el pelo corto y con gafas, la cual cargaba una mochila y agarraba con otra mano una maleta mediana de ruedas. Se ponía de puntillas para mirar el telefonillo, y le vio pulsar el botón de su piso, por lo que se acercó un poco más algo extrañado.

- Hola, ¿te puedo ayudar?

- Hi, ¿vives aquí? Estoy llamando al piso de mi amiga pero no responde y tengo el teléfono sin batería.

- ¿Eres amiga de Denna o de Violeta?

- No, mi amiga es Salma

- Te estas equivocando de piso, Salma, vive en el 2ºB, el A es el mío, espera, tengo la llave a mano.

- ¡O dios, me volví a equivocar!

Martin sacó las llaves del bolsillo y abrió la puerta del portal, agarrándola para que la muchacha entrara tras él. Vio como iba directa hacia el ascensor.

- No, no, espera, deja que te ayude, el ascensor se ha averiado esta semana

- No hace falta, oh Darling...

- Tranquila, no me pesa tanto.

El chico había agarrado la maleta de la chica y había comenzado a subir las escaleras, aunque estuviera echo polvo, no podía permitir que aquella muchacha subiera dos pisos con esa maleta, la cual en realidad si que pesaba un poco más de la cuenta. Cuando llegó al segundo, Martin tenía las mejillas de un tono rosaceo, se había querido hacer el fuerte y al final le había costado llegar sin hacerse notar demasiado.

- ¿A ti fue a quién Salma le gastó la broma telefónica?- dijo Martin mirando a la chica.

- My God! Me dieron ganas de matarla- dijo la chica aguantando una sonrisilla- que vergüenza, es que siempre me cuelan todas las bromas.

- Tranquila, a mi me pasa también- dijo Martin

Sus amigos solían decir que era un despistado y que era muy fácil colarle cualquier broma, en realidad no es que fuera despistado, es que le gustaba estar en sus pensamientos, su cabeza nunca paraba ni un momento.

El muchacho terminó por arrastrar el equipaje por el pasillo hacia la puerta frente a su piso, tocando al timbre dos veces seguidas. No tardaron en abrirla, al otro lado estaba Violeta riendo descontroladamente, mientras veía tras ella a Salma con la guitarra y a Juanjo haciendo el tonto también entre risas.

- ¡Amore ya estás de vuelta!¡Menos mal que viste el mensaje, conociéndote creía que irrumpirías en el piso y a saber que te puedes encontrar!

- ¿Qué mensaje?- dijo Martin levantando una ceja.

La verdad es que no había abierto el wasap desde aquella mañana cuando salió de casa temprano, realmente era un puñetero desastre con el teléfono.

Pase lo que pase tu y yo // JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora