Capítulo 45

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Juanjo salió del edificio sintiendo el peso de las palabras de Martin, cada paso hacia la calle le hacía pensar en lo distante que se había vuelto todo entre ellos. El aire frío de la noche le golpeó la cara cuando atravesó la puerta principal, pero no lo hizo sentir mejor, solo más perdido.

No podía volver a su piso y encerrarse en su habitación, no quería encontrarse con Álvaro, Salma o Bea y que descubrieran nada más mirarle a la cara que algo no iba bien. Prefería pasear, despejarse y esperar que todos se acostaran para volver a su habitación e intentar dormir.

Caminó sin rumbo durante varios minutos, dejando que la ciudad se tragara sus pensamientos. Recordaba los momentos en los que Martin solía ser más relajado, más alegre, y cómo todo se había vuelto tan tenso últimamente. Sabía que el rodaje de la serie era importante, pero no podía evitar sentir que Martin estaba apartándolo, empujándolo lejos.

Al cabo de un rato, se detuvo en un banco del parque cercano y se dejó caer pesadamente. Se sentía frustrado, dolido. Todo lo que quería era estar ahí para Martin, apoyarlo en sus sueños, pero el vasco parecía haber levantado un muro impenetrable.

Sacó su teléfono, miró la pantalla como si esperara un mensaje de Martin, alguna disculpa, alguna explicación... pero nada llegó. Soltó un suspiro largo, lleno de decepción. Entonces, su mente divagó hacia la música, hacia el single que justo hoy daba por finalizado después de que hubieran terminado la edición del videoclip que habían grabado hacía dos semanas.

No se imaginaba que aquella noche acabara así, lo que más le apetecía era tirarse en la cama abrazado a Martin y enseñarle el video, ver lo que sería su cara de ilusión y de apoyo incondicional que solía mostrarle en cada momento. Aun recordaba como lo miraba mientras lo grababan por su antiguo colegio mayor, y como Irene y él se habían hecho amigos en el proceso. Fue tan feliz...y no hacía tanto tiempo de ello. Sintió como una lagrima caía por su mejilla, la cual limpió rápidamente con el puño de la chaqueta.

*****

En el piso, Martin dejó el libreto caer a un lado con un suspiro exasperado. No podía concentrarse. Las palabras de Juanjo, aunque intentó ignorarlas, seguían retumbando en su cabeza. Sabía que lo había tratado mal, que no se merecía ese tono ni ese rechazo, pero la presión era demasiado para él.

Se levantó de la silla y comenzó a caminar por la habitación, con las manos en la cabeza, intentando calmarse. Había pasado semanas encerrado en ese pequeño mundo de guiones, ensayos mentales y autocorrecciones constantes. El miedo al fracaso lo estaba devorando vivo, pero lo que más lo preocupaba ahora era la pelea con Juanjo. El silencio que había dejado en el aire era más pesado que cualquier línea del guion que intentaba memorizar.

Escuchó voces apagadas desde el salón, probablemente Denna y Violeta conversando, pero no le prestó atención. En cambio, se acercó a la puerta de su habitación, abrió con suavidad y salió, caminando con pasos lentos hacia la cocina, buscando algo que beber para despejarse. Las chicas se giraron al verlo.

- ¿Cómo estás? - preguntó Violeta, con una mirada de preocupación en su rostro. Sabía que algo había pasado entre él y Juanjo.

Martin abrió el frigorífico, sacó una botella de agua y bebió directamente de ella antes de contestar.

- No lo sé - dijo al fin, con la voz más suave, casi derrotada- No estoy bien, pero tampoco sé qué hacer. Le he hablado muy mal a Juanjo.

Denna, apoyada en el marco de la puerta de la cocina, lo miró con una mezcla de empatía y reproche.

- Juanjo solo quería ayudarte, Martín. Lo sabes, ¿verdad?

Martin asintió, pasándose la mano por la cara, sintiendo la barba de varios días raspar contra sus dedos.

Pase lo que pase tu y yo // JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora