Capitulo 25

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La mañana comenzó tranquila para Denna. Estaba en su pequeño apartamento, esperando que la lavadora terminara su ciclo. La noche anterior había dormido en casa de su novio, y ahora se encontraba sumida en la rutina doméstica. Tenía tiempo, así que decidió echar un vistazo a sus redes sociales mientras esperaba.

Deslizó su dedo por la pantalla del móvil, viendo fotos de amigos, anuncios y memes, hasta que una imagen capturó su atención. Amaia Romero había subido una foto a Instagram, en la que aparecía acompañada de Javi Calvo y, para su sorpresa, de Martin y Juanjo.

Denna se quedó inmóvil, contemplando la imagen. ¿Cómo es que no sabía nada de esto? Normalmente, Martin le contaba todo, y Juanjo no solía quedarse atrás en compartir novedades. Intrigada y un poco molesta por no estar al tanto, miró la hora: las once y media de la mañana. Decidió que necesitaba respuestas y las necesitaba ahora.

Salió corriendo por el pasillo, su corazón latiendo con anticipación y curiosidad. Abrió la puerta de la habitación de Martin sin siquiera golpear, decidida a enfrentarse a su cara de dormido y un cerebro seguramente aun desconectado.

- ¡Martin!, ¿cómo no me contaste que ayer comisteis con Amaia?- gritó, pero lo que vio la dejó sin palabras.

Martin y Juanjo estaban semidesnudos, tapados solo hasta la cintura con la colcha, durmiendo abrazados. Denna se quedó congelada, su mente intentando procesar lo que sus ojos veían. Hasta donde ella sabía no habían pasado de cuatro besos tontos.

Martin se despertó al oír el grito de Denna. Parpadeó desorientado, y luego sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de la escena. Se encontraba entre los brazos de Juanjo, los cuales le rodeaban la cintura, mientras que él se apoyaba en su pecho. Juanjo también comenzó a despertarse, moviéndose ligeramente en el abrazo de Martin. Denna seguía de pie, boquiabierta.

- ¡Ay madre! - dijo Denna finalmente dándose la vuelta y saliendo de la habitación con la cara colorada, cerrando la puerta tras ella.

- Madre mía- dijo Martin escondiendo la cara en la almohada. Era verdad que nunca había tenido necesidad de privacidad con las chicas, y que los tres se habían dado la licencia de tomarse aquellas confianzas, pero empezaba a dudar que hubiera sido buena idea tener esa libertad con sus compañeras.

Finalmente levantó la cabeza de nuevo y miró a Juanjo de reojo, el muchacho le miraba mordiéndose el labio inferior, con cara de circunstancia. Martin sabía que Juanjo aun no se sentía lo suficientemente seguro para hablar con libertad de lo que estaba pasando entre ellos, y tenía miedo de la reacción que pudiera tener.

- Lo siento, de veras... luego no quieren que ponga un pestillo en mi puerta- dice Martin sentándose en la cama y alargando la mano para agarrar los calzoncillos y meterlos por las piernas.

- Ven aquí- dijo Juanjo con la cara seria, tirando de Martin y abrazándolo, dejando varios besos en su mejilla.

Se quedaron así varios minutos, hasta que Martin notó que su corazón conseguía ir más calmado, después de aquel despertar. Juajo había actuado de calmante sin necesidad de medicarse para ello, no había llegado a tener aquel sentimiento con nadie nunca antes, era extraño, y a la vez reconfortante. Le conseguía calmar tanto como si del propio mar se tratara. Ir a la playa y quedarse mirando y escuchando el mar era lo único que conseguía apaciguarle.

- Si no salimos... ¿tú crees que nos dejará en paz?- dijo Juanjo

- En algún momento tendremos que salir y enfrentarlo- dijo Martin suspirando.

- Ya...- dijo Juanjo dejando escapar un suspiro y agarrando también sus calzoncillos y poniéndoselos mientras bostezaba.

Martin se puso rápidamente el pantalón del pijama y una camiseta blanca de tirantas, miró a Juanjo que estaba terminando de ponerse los pantalones y le sonrió antes de salir de la habitación. El aragonés le miraba con cara de embobado, aunque también veía un poco de miedo y confusión en sus ojos. Aquello hizo suspirar a Martin mientras caminaba por el pasillo, pasando la mano varias veces por su pelo intentando atusarlo.

Pase lo que pase tu y yo // JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora