Capitulo 24

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Martin subía las escaleras del piso arrastrando los pies, estaba totalmente agotado, aunque realmente feliz, después de las emociones vividas aquel día, iba a costarle conciliar el sueño, aunque estuviera muerto de cansancio. La excitación que sentía por lo ocurrido a medio día, al conocer a Amaia todavía le duraba.

- Hola Violeta- dijo Martin esbozando una sonrisa cuando entró en el piso y se encontró a su compañera sentada en el sofá acabándose un yogurt.

- Hola amor, ¿cómo ha ido el día?

- Muy bien, pero estoy muerto- dijo dejándose caer junto a ella, tras quitarse la chaqueta- ¿Y Denna?

- Se ha quedado en casa de Alex porque ha salido muy tarde- dijo Violeta levantando una ceja- ¿Has cenado?

- Si, he comido algo- dijo Martin de la forma más convincente posible. La verdad es que no había probado bocado desde la merienda, pero estaba tan cansado que no le apetecía para nada ponerse a rebuscar en la cocina algo que llevarse a la boca.

Violeta se fijó en la expresión de felicidad que había en el rostro de Martin y sintió curiosidad, no había manera de que hubiera perdido aun la sonrisa, aunque sus ojos daban cuenta del cansancio que sentía, y aunque conocía demasiado bien a Martin, y sabía que seguramente le habría mentido sobre lo de la cena, no quería tampoco hacer más hincapié. Todos hemos tenido ese día en que lo que necesitamos es tirarnos en el sofá o la cama y no movernos.

- Pareces muy contento. ¿Ha pasado algo especial hoy?

El timbre del piso les interrumpió antes de que Martin pudiera responder. Violeta fue quien se levantó para abrir la puerta. Al hacerlo, tuvo que hacerse a un lado, ya que se encontró con un Juanjo también muy sonriente, el cual entró en el piso dando saltos de alegría atropelladamente. Sin pensarlo dos veces, el muchacho se lanza sobre Martin en el sofá para abrazarlo efusivamente.

- ¡No sabes lo feliz que estoy! ¡No puedo creer que me hayas presentado a Amaia! -exclama Juanjo, casi sin aliento.

Violeta observa la escena con una sonrisa. No está acostumbrada a ver esas muestras de afecto entre Martin y Juanjo, al menos no de una manera tan despreocupada ante su mirada. Sabe que se atraen, y desde el viaje a Andorra, todo el grupo ha podido ver la complicidad que hay entre ellos. Martin no ha llegado a soltarles prenda, y Juanjo es cierto que tuvo una conversación con Salma, pero esta no ha contado nada.

- ¡¿Cómo es eso?! - exclama Violeta, uniéndose a la conversación- ahora entiendo tu cara chavalín.

Juanjo se sienta junto a Martin con las mejillas coloradas al darse cuenta de que estaba encima del vasco, demasiado pegados y en presencia de Violeta. Todavía con una sonrisa radiante en el rostro comienza a relatar lo sucedido.

- Martin me escribió a la hora del almuerzo, por si me apetecía comer por el centro- comenzó a relatar Juanjo gesticulando con entusiasmo- pero el almuerzo venía con sorpresa, ¡Con sorpresa doble Violeta! ¡Hemos comido con Amaia y con Javier Calvo! ¿Te lo puedes creer?

Violeta escuchaba con atención, mientras miraba a Martin de vez en cuando y veía como no le apartaba la vista al maño con una amplia sonrisa en su cara. Una cara en la que solo podía verse admiración y felicidad, estaba totalmente absorto escuchando embobado la narración del chico. Ambos tenían a Amaia en su top de artistas, y le hacía realmente feliz poder haber formado parte del momento en que se conocieran.

- Madre mía Juanjo- dijo Violeta mordiéndose un labio.

- Pero no acaba ahí, que Amaia quiere que le enseñe lo que estoy escribiendo, ¡que tengo su teléfono! – Juanjo carraspea y se lleva una mano a la garganta- Voy por agua, ya voy a quedarme sin voz.

Pase lo que pase tu y yo // JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora