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"I knew there was something"
LAS CALABAZAS DE UN naranja intenso adornaban cada rincón, pero lejos de infundir miedo, sus rostros tallados, aunque grotescos y espeluznantes, tenían un aire juguetón. Parecía como si en cualquier momento fueran a soltar una risa traviesa en lugar de seguirte con la mirada. La luz titilante de las velas en su interior proyectaba sombras danzantes en las paredes, pero estas no eran amenazantes; más bien, parecían estar invitando a unirse a su baile festivo.
Telarañas artificiales colgaban del techo, sus hilos pegajosos capturando la luz tenue y creando un brillo que hacía recordar el brillo de las estrellas en una noche de verano. No había nada aterrador en ellas, solo un recordatorio de las historias de Halloween que tanto les gustaba contar a los niños. Esqueletos de plástico colgaban de las puertas, pero sus posturas torpes y balanceos suaves les daban una apariencia más cómica que macabra. Era fácil imaginar que, si pudieran hablar, estarían contando chistes malos sobre huesos y calaveras.
En un rincón, figuras de fantasmas flotaban suspendidas, hechos de gasa blanca que se movía con cada leve brisa. Pero estos fantasmas no parecían querer asustar a nadie; su movimiento suave sugería más bien que estaban disfrutando de la fiesta, tal vez preparándose para unirse a la próxima ronda de juegos. Cada rincón del espacio estaba impregnado de una atmósfera de misterio, sí, pero uno lleno de entusiasmo y diversión, como si las paredes mismas se unieran al espíritu festivo.
El ambiente alegre de Halloween se sentía en cada respiro. El aire estaba cargado, pero no de peligro, sino de una energía vibrante que hacía que el corazón latiera un poco más rápido, no de miedo, sino de anticipación. Halloween había llegado, y con él, un aire de misterio encantador que envolvía a todos en su abrazo festivo y emocionante.
En una esquina del campus, la chica de mechas rojas se inclinaba sobre una calabaza, concentrada en darle forma con su cuchillo afilado. Sus movimientos eran precisos, pero la expresión en su rostro reflejaba una mezcla de diversión y curiosidad, como si estuviera disfrutando de cada corte que hacía. A su lado, la peliazul observaba atentamente, sosteniendo otra calabaza entre sus manos mientras decidía cómo darle vida. Sus ojos brillaban con emoción, contagiando a quienes la miraban.
La de ojos verdes, por su parte, se mantenía un poco más apartada, jugando distraídamente con las herramientas de tallado. Sus manos se movían con destreza, pero su mirada se perdía de vez en cuando, recorriendo el entorno festivo que los rodeaba.
Rouge, sintiendo la alegría en el aire, dejó de tallar por un momento y miró a sus amigas con una sonrisa radiante. -¿Sabes? Este es mi tipo de Halloween-dijo con una risa ligera-Nada de sustos, solo diversión....no como en la isla-
Evie levantó la vista de su calabaza y le devolvió la sonrisa a Rouge, su expresión iluminada por la emoción de la festividad. -Claro que si-respondió, su tono suave pero lleno de entusiasmo-Aquí podemos disfrutar de Halloween sin preocuparnos por lo que pueda estar al acecho en las sombras-
