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"I was always right"
BEN ENTRÓ DANDO PASOS lentos y elegantes sobre la alfombra azul que adornaba el lugar, recorrió todo el camino con una gran elegancia. Cuando llegó hasta el Hada Madrina, se inclinó y se arrodilló. Con una delicadeza solemne, ella le colocó la corona y levantó la varita mágica, preparándose para completar el rito de la coronación.
Desde su lugar, Mal lanzó una mirada insegura hacia el palco de arriba, donde estaban todos los invitados, incluidos sus amigos y enemigos. La presión del momento pesaba sobre ella, como un manto de dudas y expectativas.
Rouge, a su lado, sentía grandes nervios por lo que estaban a punto de hacer. Su corazón latía con fuerza, cada pulso un recordatorio de las enormes implicaciones de su plan. Las preguntas se arremolinaban en su mente: ¿Era esto lo correcto? ¿Estaban preparados? ¿Podrían manejar las consecuencias?
A pesar de sus dudas, sabía que debían seguir adelante. Miró a sus amigos, buscando y encontrando una especie de consuelo en sus rostros decididos. Jay, con su postura firme, Carlos, con una determinación que rara vez se veía, y Evie, que a pesar de todo, mantenía una serenidad que solo ella podía proyectar.
—¿Juras solemnemente gobernar el pueblo de Auradon con justicia y piedad durante todo tu reinado?—preguntó el Hada Madrina, su voz resonando con autoridad y solemnidad.
—Lo juro solemnemente—respondió Ben con sinceridad, su mirada llena de determinación y compromiso.
El Hada Madrina sonrió con orgullo y emoción. —Entonces, con mucho honor y mucha alegría, yo te nombro nuestro rey—dijo, su voz llena de alegría y dignidad mientras bajaba la varita sobre su cabeza, sellando su destino.
El Hada Madrina comenzó a levantar la varita para completar el rito, el momento culminante se acercaba. Todo parecio ir mas lento en ese preciso momento. Mal y Rouge intercambiaron una última mirada, compartiendo una comprensión silenciosa. No estaban listos, pero realmente no había marcha atrás.
En ese instante, los colores y las luces de la coronación se fundieron en un torbellino de emociones y decisiones. Rouge respiró hondo, preparándose para lo inevitable, y se obligó a recordar por qué estaban allí. Por sus amigos, por sus familias, y por un futuro que aún estaba por escribirse.
El ambiente estaba cargado de anticipación. Todos los ojos estaban fijos en Ben y el Hada Madrina, pero para Mal y Rouge, el verdadero evento aún estaba por comenzar.
El tiempo pareció volver a su estado natural y, cuando el Hada Madrina elevó su varita, alguien la tomó rápidamente, rompiendo la barrera de los villanos. Sin embargo, no había sido ninguno de los hijos de villanos.
Una figura emergió de entre la multitud, vestida de azul celeste y cabello liso. La sorpresa y el desconcierto se apoderaron de todos los presentes. Mal y Rouge intercambiaron una mirada de alarma. Sabían que este no era el momento ni el lugar para algo así.