Parte 11

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La mente de Jeongguk divagaba, pensamientos pasaban por su mente como la velocidad de la luz, desde que salió de aquella habitación no ha dejado de insultarse así mismo, en lo idiota y estúpido que fue al olvidar completamente su máscara.

No sabía si sus planes se habían ido a la total mierda o no, pero aún así seguía sintiéndose un imbécil.

Hace unos cuantos minutos había recibido una llamada de su padre, debía de ir a la casa de este para así hablar sobre cosas de la maldita empresa de su padre, cosa que en Jeongguk le valía una mierda, si fuera por él preferiría que esa empresa se fuera a la quiebra, aunque no le convenía de igual manera.

En estos momentos se dirigía hacia la grande puerta de aquella casa, aún con pensamientos que lo cegaban totalmente.

Finalmente tocó el timbre y espero unos segundos para que esta fuera abierta.

— Hola, Señor Jeon. Un gusto verlo, su padre lo espera en su habitación, pase—Anuncio el mayordomo mientras abría cada vez más el portón de esta, dándole espacio a Jeongguk para poder pasar.

— Gracias, Sr. Woojin—Habló el pelinegro mientras dirigía sus pasos dentro de la casa.

El sonido de sus zapatos contra el suelo resonaban en la casa silenciosa, siempre era así, entrar en esa casa le traía tantos recuerdos, pero no de los buenos, el ambiente era tenso, frío, simple y silencioso.

Era una casa, pero no era un hogar.

Mientras subía las escaleras su mente aún estaba llena de situaciones complejas, no estaba pensando con claridad, solo tenía su vista hacia bajo observando sus pies subir un escalón más. Pero al estar tan despistado no se dio cuenta de una presencia que bajaba las escaleras a la vez que él las subía.

Era su hermanastro, se dio cuenta al subir su rostro y chocar sus miradas entre si, no le dio importancia, pero luego en su mente de inmediato fue hacia Jimin.

¿Estarían buscando a Jimin? ¿Por eso su padre lo había llamado? Estaba ahora totalmente jodido.

Supuso en ese instante que su hermanastro podría preguntarle por Jimin, aunque nunca tuvieran interacciones gracias a qué Jeongguk siempre lo fusilaba con la mirada y no le dirigiera ni una sola puta palabra desde lo ocurrido tal vez Eunwoo llegaría a preguntarle por casualidad.

Pero no fue así, Jeongguk estaba preparado para cualquier pregunta de su hermanastro y mandarlo a la mierda, pero no, este solo tenía su mirada sin preocupación alguna pero con su rostro tenso, sin siquiera acercarse a él a preguntarle, nada. Siguió bajando las escaleras como si nada.

Ahora se sentía más confundido que antes, pero no era algo que le debía de importar, se supone que nada le importaba, pero aún así no quitaba su pensamiento del por qué Eunwoo se demostraba normal, aunque de igual forma eso no era de su incumbencia.

Sacudió su cabeza para alejar aquellos pensamientos y seguir subiendo las escaleras hasta por fin llegar a la habitación de su padre.

La puerta rechinaba al abrirla, dejando ver la escena tras suyo donde su padre se encontraba sentado en un escritorio con un semblante serio.

Jeongguk se dirigía hacia a él, sentándose al frente suyo con la misma expresión que cargaba su padre, sus facciones sin expresión alguna y su rostro totalmente serio.

[...]

Ahora estaba saliendo de aquella habitación, su padre tan solo se puso a quejarse que cada vez perdían más clientes, fue un infierno para Jeongguk, tan solo tenía que demostrar que le importaba cuando en realidad no le importaba en lo más mínimo.

Debilidad Mortal--Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora