Debilidad Mortal--Kookmin.

Parte 3

El teléfono de Jungkook comenzó a sonar, era Yoongi.

— ¿Ya tienen a las personas, Min?

— Sí, Señor Jeongguk. Apresúrese de inmediato, hay un chico que está un poco insoportable, demasiado diría yo, aún durmiendo anda dando patadas como un completo loco, joder que miedo, creo que está poseído—Jungkook soltó una pequeña risa ante lo dicho por su compañero.

— No seas idiota. iré de inmediato—Respondió con firmeza.

Colgar.

Rápidamente al haber finalizado la llamada fue hacia su closet, buscando un traje completamente negro y colocándose por último su máscara.

Era una máscara de Ghost, esta era para cuidar su identidad, claramente Jungkook no sería tan estúpido para revelarse fácilmente.

Y sí, sus compañeros lo llamaban como "Señor Jeongguk" porque a él no le gustaba el hecho de que lo llamasen por su nombre real, mucho más porque él era el Jefe, debían llamarlo como a él se le salieran de los huevos.

Llamada entrante
Yoongi

— "¿Qué carajos pasa, Min? Te dije claramente que ya iré para allá, deja de joderme—Respondió Jeongguk mientras fruncía su ceño, pero este no se notaba gracias a la máscara que traía."

— "No, Señor Jeongguk, no es eso.. es que necesito su autorización, él mismo tipo llorón de mierda está gritando como un patético niñito, necesito matarlo, me tiene completamente estresado con sus gritos de idiota, a el único que le deje la maldita bolsa puesta es a él para no verle su rostro y sacarle los ojos ahí mismo."

— "Que hijo de puta es, primera vez que una de nuestras presas es lo suficientemente valiente como para gritar así, incluso estoy escuchando sus gritos ahora mismo. Pero no, no lo vas a matar, no quiero que le toques ni un solo pelo, Min, de eso me encargo yo."

—"Pe-"

—"Dije que no. ¿O vas a desobedecerme, eh? Te dije un maldito no y eso es lo necesario para que no lo hagas, así que calla ya tu boca de mierda si de esta van a salir desobediencias tuyas, no me llames más. Ya estoy saliendo."

Su compañero no tuvo tiempo de responder, pues de inmediato su jefe colgó la llamada.

Jeongguk salió de aquella casa de su padre sigilosamente, pero en vez de hacerlo con normalidad decidió escalar por la parte trasera de la casa, que era el Jardín, no iba a permitirse ser visto, sabía el escándalo que se formaría en los medios al ver como un hombre vestido y con una máscara salía de la casa del mejor empresario del país.

Al hacerlo sacó una de sus camionetas para dirigirse a la ubicación mandada por su compañero.

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Ahora se encontraba en un tipo de calabozo extraño, se sentía asfixiado, sus manos atadas y aún teniendo una maldita bolsa de mierda en su rostro provocaba que no pudiese respirar bien. Acababan de tirarlo en el suelo sin resentimiento alguno, sus huesos crujieron ante la acción. No era capaz de moverse ni un solo centímetro, su cuerpo estaba agotado, en la camioneta en la que se encontraba antes de dormir le dieron una paliza, y justo ahora lo tiran al suelo ocasionando que su cuerpo se encontrara entumecido, el dolor era tan grande que ya ni siquiera sentía nervios, era como si sus nervios se hubiesen desconectado de su cerebro, su cuerpo no reaccionaba, porque aunque intentara e insistiera en moverse, así sea un maldito dedo, no podía.

Pero gritar si podía, y eso era lo que hacía desde hace 20 minutos.

— ¡Suéltenme!— Su garganta ardía, su boca estaba seca. Había gritado tanto que ya ni siquiera sabe si despertara con voz, a menos que lo maten hoy mismo.