Parte 12

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Fue hacía su habitación, sacándose la sucia ropa empapada totalmente de sangre junto a su máscara botando gotitas rojas que caían hacia el blanco piso llenándolo de manchas.

No tenía fuerzas, desde que salió de la casa de su padre se dirigió junto a su grupo a asesinar varios cuerpos para vender, luego fue donde Namjoon para hablar acerca de los mercados de plantas.

Sacó toda su ira y todo su dolor apuñalando cada cuerpo, era un psicópata, pero para Jeongguk era satisfactorio ver el rostro de las personas de miedo, ver la sangre estallar en sus cuerpos y como crujen sus huesos ante las fuertes presiones.

Jeongguk lo sabía, no era alguien normal, pero desde lo de su madre su mentalidad y su forma de ver la vida cambió de una forma increíble.

Ahora se encontraba dándose un baño, sacando toda la sangre desconocida impregnada en su cuerpo, relajando sus músculos ante la caliente agua deslizándose en su cuerpo, necesitaba relajarse, pero algo no lo dejaba concentrase del todo y era algo que estaba comenzando a odiar, ¿Por qué carajos tenía que tener a ese maldito mocoso de mierda en su mente? era extraño, pero lo hacía.

Terminó de darse la ducha, guardo en la lavadora aquella vestimenta sangrienta para luego vestirse y ponerse una cómoda ropa, de igual forma era de noche, no haría mucho más.

Jeongguk se dirigía a la cocina, en uno de los cajones sacó una cajetilla llena de cigarrillos, agarró uno de estos para prenderlo y posicionarlo en sus delgados labios rosas, era la única forma en la cual se relajaba.

Después de varios minutos soltó el cigarrillo, ahora estaba en busca de comida, tenía hambre. Casi nunca habitaba en la casa en la que se encontraba, pues tenía otros departamentos en los cuales pasaba pero ahora que tenía a Jimin no po-

Espera, Jimin..

De inmediato Jeongguk recordó de nuevo el hecho de que Jimin se encontraba en el calabozo, y como si fuera coincidencia sintió pequeños sollozos de la parte trasera, increíble.

Recordó por qué se encontraba en la cocina, tenía hambre, la nevera estaba repleta de alimentos ya que no los utilizaba, pero sabía que hoy les sacaría provecho.

Así que procedió a cocinar, él tenía hambre, pero recordaba aún así perfectamente que le había dicho a Jimin si se portaba bien darle comida, llevaba horas sin comer, decidió hacer un tteokbokki para el castaño y para él.

[...]

Jimin sentía los pasos dirigiéndose hacia la puerta del calabozo, aunque intentará parar sus lágrimas y sus espasmos no era sencillo, a pesar que lo intentara su cuerpo ligeramente temblaba, no sabía cuántas horas llevaba llorando, pero el suelo estaba tan mojado que podía sentir como su mejilla contra el suelo estaba empapada.

Se quedó inmóvil, sin hacer ningún movimiento, hasta que escuchó el sonido de que la puerta fue abierta y una luz cálida lleno por completo el oscuro lugar, una pequeña lámpara que se encontraba en el techo había sido encendida, dando una luz cálida, ya no veía todo negro, ahora podía ver perfectamente el color de la pared que estaba al frente suyo. Hay que recordar que Jimin estaba tumbado en el suelo en un rincón, dándole la espalda a la parte en la que se encontraba la puerta y dándole la cara a una pared.

— Hey—la voz provenía de atrás, era la voz de Jeongguk.

— ¿Qué?...—Su voz era débil, rota y entrecortada ante las lágrimas y el llanto que intentaba reprimir.

No escucho una respuesta, pero sintió como el sonido de un plato era chocado contra el suelo, y un delicioso olor se expandía en sus fosas nasales.

Su estómago de inmediato comenzó a sonar.

Debilidad Mortal--Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora