Cuidados especiales

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H25 30/06/2024:

OTHO/Otoya paciente 𝑥 Hiori doctor psicótico
🛑Uso de drøgǎs, examen medico


Después de unos tragos en la reunión de ex alumnos las cosas se volvieron raras por no decir extremadamente extrañas. Para Otoya Eita era una buena oportunidad de volver a entablar una conversación sin sus amigos y porque no coquetear un poco con uno qué otra persona que le llamara la atención esa noche.

Su plan no se puedo ver más frustrado, sentía que no bebió mucho. En realidad no lo hizo; tomó la copa de brindis, después tomó un poco de licor. Habían sido solo dos veces las que bebió algo, pensó que tomar un poco de aire le ayudaría para despejarse.

Sus piernas temblando, sentirse mareado al caminar y luego (PAM)... estaba en el suelo y no se podía mover, la mañana siguiente despertó en un hospital, sentía el cuerpo raro y rígido. En su mano izquierda tenía un yeso y en su pie derecho un zapato especial.

{¿Qué tanto me lastime? ¿Cómo llegué al hospital?} –se preguntaba mirando alrededor de la habitación. Detuvo sus pensamientos cuando un doctor entró.

-Buenos días... Otoya-san. ¿Cómo se siente?
-Mmh... Sinceramente, creo que no debo tomar por unos días. ¿Me rompí la muñeca?
-Si. Le hicimos unas radiografías y tiene fisura en uno de los huesos de la muñeca, y en cuanto a su pierna solo es un ligero esguince en el empeine. Se recuperará pronto, de su muñeca unas tres semanas con el yeso serán suficientes.
-Gracias. Doctor... ¿Amn-?
-Disculpe mi falta de respeto. Soy Hiori Yo, el médico que lo atendió.
-Mucho gusto, sensei. Tengo una pregunta., ¿cómo rayos termine aquí?
-No tengo idea, dicen que alguien lo trajo y se fue. Es bueno porque hubiera sido peor no atender su heridas~
-Si... Creo.

El hombre de cabello blanco con el mechón verde permaneció en el hospital dos días en los que se sentía mejor, por alguna razón no lograba recordar nada de fiesta. Su pertenencias estaban con él afortunadamente, le llamó a su mejor amigo pero este estaba ocupado así que no le dijo lo que le había pasado ni donde estaba. Su único consuelo era que el médico que lo atendía era amable, y no lo puede negar, es sumamente atractivo. ¿Lo conocía de antes?

Cuando se preparó para irse, camino lento porque se sentía algo inseguro la última dosis de medicamento que le pusieron lo había puesto mareado pero ya tenía el permiso de alta, quería irse a casa y abrazar a su lindo gatito. Suspiro con fuerza y un auto se detuvo frente suyo, el doctor Hiori bajo dedicándole una sonrisa para luego abrirle la puerta del copiloto.

Su cabeza no estaba pensando muy bien porque sin poder negarse tomó la mano del guapo peli celeste, subió al auto y se fueron. La conversación era tranquila, le expresó que sentía vergüenza por abusar de su buena voluntad y hacer que lo llevara a casa, el médico río por lo bajo solo para decir que nadie debía regresar solo a casa y menos en ese estado.

Las palabras del guapo doctor lo conmovieron, su cuerpo se relajo y en un momento se quedó dormido; despertó quién sabe cuánto tiempo después, un aroma delicioso entraba por su fosas nasales, sentía hambre. Abrió los ojos y a su lado estaba su amada mascota, Otoya estaba en casa, ¿en qué momento? ¿Cómo entraron? ¿Quién lo hizo?

Con dolor en su muñeca, un dolor que no había tenido en los días anteriores se para como pudo saliendo de la cama y de su habitación. Encontró una escena extraña ya que nadie le había cocinado antes, cabello corto y liso, se le marcaba la cintura esbelta y espalda marcada sobre el suéter, un tarareo suave y... ¿Estaba usando el mandil que su madre le regaló? ¿Pero qué rayos?

-Otoya-kun, que bueno que despertaste. ¿Tienes hambre?
-Si... pero, ¿por qué?

-Oh, perdón mi atrevimiento. Jaja- te estoy incomodando. Me iré enseguida.
-... –vió cómo recogía sus cosas y se sintió apenado, lo ayudo tanto y aún así no le había devuelto el favor– Espera, por favor quédate, Hiori-sensei. Me haría bien algo de compañía.
-¿De verdad?
-Si, por favor.
-Gracias, por favor siéntate. Ya está lista la comida.
-Huele delicioso, muchas gracias y perdón todas las molestias que te he causado.
-Descuida~

El nuevo invitado colocó un plato de la comida para Otoya y para él, ambos disfrutaron el un buen momento, el joven paciente aún no se imaginaba en se arrepentía más adelante el dejar que ese doctor entrará a su vida.

{¡Ahh~! Estás comiendo algo que yo preparé, cuanto he soñado con algo así. Debo alimentarte bien, cuando te cargue estabas muy ligero... ¿Cuánta dosis te debería dar luego para examinar tus mejoras? Mi lindo Eita~} –su cara mostraba una sonrisa angelical pero sus pensamientos iban más allá de un buen samaritano.






➔Fin /// To: Flame-chan

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