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Perder dos veces no es opción

H9 19/01/2024:

NGRO/Angel n' Demon

Humanos, demonios y ángeles estaban en guerra desde los principios de la creación, cada uno de los bandos quería tener el poder de liderar y ser el soberano, no contaron con aquellos que se oponían.

Todas las disputas siempre acababan en matanza y se perdían vidas inocentes para demostrar la fuerza hasta que guerreros sabios de los tres bandos alzaron la voz. Personas que se dieron cuenta que esto solo tenía el camino de la destrucción de amigos y aliados, el ya no quería perder más seres queridos así que hicieron una tregua: el tercer hijo del rey de los Demonios, Noa; el ángel superior, Chris y el estratega militar humano, Ego.

Gracias a ellos la paz reinó, con ello nuevas ideas y reglas, más bien permisos. Es decir, antes casarse con alguien de otra raza era prohibido pero sucedía, durante la guerra sucedió y cuando terminó los pequeños eran mal vistos. Eso le pasó a la familia
Mikage, Reiko era la más joven de esta familia de ángeles ayudantes Cassiel. Ella se enamoró de un demonio llamado Kyo, el sentimiento fue mutuo por pasar tiempo juntos después de que él resultara herido. Tuvieron dos hijos, Reo un ángel y Rafu un demonio.

Para la mala suerte de ellos algunos aún estaban en contra de la naturaleza de ver juntos a dos razas, un acuerdo fue que se separaran. Reo se quedó con su madre y Rafu con su padre. El estar separados fue una tortura no solo para los hermanos, fue peor para los padres, el tiempo los consumía por la promesa de amor eterno. Ella falleció, con sus últimas palabras rogaba por ver a su pequeño el cual ya debía ser un joven, aunque su anhelo era por su amado esposo. Con un último respiro intentó llamarlo, pero funcionó y él nunca llegó; no obstante, el otro sintió que algo estaba mal.

Kyo fue a suplicar a las puertas de su rey que le permitiera ir con su esposa, el dolor lo consumía y el hijo del Rey, Noa le dijo que no debía preocuparse más, que ella ya había muerto. Se quebró y se volvió loco, no soportó más y se quitó la vida. Tanto Rafu como Reo perdieron a sus padres quedando solos.

El ángel, al tener un alma noble y aprender las enseñanzas del cielo no venganza pero su hermano, un demonio criado para usar juramentos y maldiciones quería recuperar a la única familia que le quedaba. Con amigos y aliados peleó para ir al cielo y encontrar a su otra mitad. La vida no tenía piedad, Chris lo capturó, lo encerró y torturó bajo las amenazas de que si no obedecía le cortaría las balas a su hermano. No contaban guerreros celestiales que sus amigos estaban de su lado y fueron a socorrerlo, no sólo ello también Reo. El ángel Mikage sintió que algo se rompía en él, voló devastado y cuando llegó al lugar lo vio, su hermano; lo extraño, desesperadamente necesitaba a su única y última familia. Los gritos de victoria resonaron en el lugar, un descuido atroz porque detrás de Reo apareció un ayudante de Chris quien iba a cortar un ala suya.

-¡NOOO!

Rafu quitó a su hermano del camino recibiendo el golpe, la espada tenía poder divino el cual era mortal para un demonio.

-Rafu... no... ¡No! ¡Que-date conmigo! No me dejes solo... no tu... no... —tomó el cuerpo del demonio entre sus brazos y no abrazaba con desespero- Llévame contigo... no me dejes ¡Rafuuu!

El llanto y la voz ahogada eran lo único que se escuchaba en el lugar, otra vez estaba solo. Otra vez la vida le arrebataba a un ser amado, esta vez todo era malo, todo era oscuro, ya no quería vivir.

-Mi jefe murió protegiéndote -dijo una voz apagada-. Te llevaré lejos como él deseaba.
-No... me quedo. Rafu está aquí... no puedo irme.
-El está muerto.

Otra persona tomó al demonio que sostenía el ángel y lo cargó, él se negaba a que otros tocaran el cuerpo de su hermano, solo él podía tocarlo pero no le hicieron caso. El demonio quien le habló, se presentó como Nagi Seishiro, y le dijo que ahora él era su nuevo jefe y le prometió que lo ayudaría a que los que separaron a su familia pagarán el precio.
Aceptó sin rechistar con veneno y oscuridad en los ojos, eso hizo erizar la piel de Nagi, abrazo al ángel y le dijo que era un pacto entre él y Reo; volvió a decir que si y lo beso.

Los ángeles no podían a nadie excepto a la persona con la que compartirán su vida, y eso se reflejó en la piel de ambos: en Nagi se formó una corona y en Reo una calavera.

-Tenemos que esforzarnos. Cuento contigo, Nagi.
-Yes, Boss.

➔Fin /// Historia escrita para el CC NagiReo