Mini Historias BLLK ⧼ Blue Lock ⧽

Nunca me fui

H8 19/01/2024:

ISBC/IS Demon

Ser pequeño es divertido porque cuando uno crece, aumentan las responsabilidades y tareas, no es lo mismo ser libre y jugar lo que te gusta cuando eres mayor a cuando aún se es un niño.

El instinto de Bachira se presenta como una sombra él lo llama "monstruo" y junto a él también existía un amigo, a diferencia de esa sombra que era la que lo guiaba para jugar y ser más hábil dicho amigo era diferente, más brillante, más divertido, más... lindo.

Un día fue a buscarlo a su casa para jugar pero todos dijeron que la familia tuvo un accidente y qué tal vez fallecieron; otros decían que se mudaron de ciudad, eso le rompió el corazón así como también sus ojos color ámbar no brillaban como antes.

Desde entonces siempre guardaba en su corazón volver a encontrar a su amigo, su persona favorita en el mundo pero no era fácil cuando no tenía pistas de él. Se dió cuenta que esperarlo ya no era una opción se concentró en sus estudios y desde que entró al instituto se prometió ya no prestarle atención pese a que realmente quería saber si estaba bien y como era la vida del otro, si lo extrañaba.

Meguru está visitando universidad, ya ha pasado un su tiempo de ser un niño ahora tiene que escoger una carrera, olvidarse de algo que de seguro no existió; quizás por estar inmerso en sus pensamiento no se fijó bien y casi lo atropellan, pero algún lo tomó de la mano para luego abrazarlo. Hubo conmoción en el momento pero todos estaban bien, pero el joven que lo salvó tenía algo.

-Me voy solo un tiempo y casi te olvidas de mí, Meg. Eso me duele.
-¿Huh? –no podía mencionar ni una palabra, los ojos azules como el vasto océano lo hipnotizan y él hermosos cabello azul oscuro que caía en el rostro del muchacho era hermoso– G-Gracias...
-Sé que no he estado a tu lado desde niños pero que no me reconozcas me lastima.
-¿T-te conozco?
-Ouch... de verdad comenzaste a olvidarme, por eso estoy aquí, Meg. Te extrañe.

Algo en su cabeza hizo clic y las lágrimas fluyeron en su rostro cuál tormenta, era él. Su amigo, su confidente, su compañero al cual siempre había estado buscando y añorando su regreso, estaba frente suyo.

-Meg se convirtió en un llorón. Pensé que ese era yo.
-¿Dónde... (sob, sob) dónde habías estado? Me dijeron que moriste o qué te habías ido a otro lugar.
-Nunca dejes algo que debas hacer tu –murmuro mirando a otro lado, uso más mangas de su ropa para secar las lágrimas de Bachira–. Quería estar contigo pero... bueno, el trabajo llama, y también no quería tentarte mientras crecías. Eso no sería divertido, mi abejita.
-Isagi...
-Aún no me llamas cómo se debe, vamos.

Tomó su mano y lo llevó por las calles hasta llegar a un edificio, al parecer iban al apartamento el peli azul; cuando entraron al lugar el de ojos ámbar se deslumbró por ver un lugar muy lindo, un balcón enorme con vista a la ciudad, sala, comedor, cocina. Hasta que recibió un abrazo por la espalda, las manos de otro rodeaban su cintura, era tan cálido y confortable que se olvidó de todo.

-Me hiciste mucha falta...
-Creí que no te volvería a ver, me hiciste creer que no era importante. Eras mi único amigo, y como no sabía si eras real cambié.
-No importa como seas, yo siempre te querré, mírame Meguru –el mencionado giro para verlo y encontró una mirada diferente, el azul de sus ojos se reflejaba un destello rojo y sus labios parecían tan pecaminosos, como si se hubiese colocado un labial oscuro–. Mi lindo y amado Meguru, di mi nombre~. Por favor.

Volvió a llorar porque siempre lo llamaba cuando iba a su casa para ir a jugar, lo llamaba para comer galletas, para jugar lado a lado, ellos eran el mejor dúo que el cielo quería crear... o más bien las llamas querían avivar.

-Yo-Yoichi...
-No te escucho –tomó su mano y besó el dorso de esta–. Dilo otra vez.
-Yoichi.
-Otra vez –un camino de besos desde su mano hasta el hombro, se detuvo en la clavícula.
-Yoichi.
-No creo estás entendiendo bien –dejó pequeños besos en la unión del cuello y el hombro de Bachira–, otra vez.
-Mm... Yoichi.
-Una vez más Meg.
-Yoichi.
-Más.
-Yo- agh...

El de cabello azul oscuro mordió su cuello dejando unas marcas que fácilmente no desaparecerían de la vista, muy poco le importó, tenía que dejar en claro con quién estaba. Así que puso sus manos en cada lado del rostro del chico de ojos ámbar, junto sus frentes y con la voz más suave le dijo:

-Bachira Meguru, amor mío. Di mi nombre correctamente.
-YOICHI. YOICHI, Mi Yoichi. (Sob, sob) Te extrañe, como pudiste dejarme solo tanto tiempo.
-Yo siempre estuve junto a ti, solo que no podías verme. Irme otra vez ya no es una opción.

Las piernas de Meguru fallaron, no podía sostenerse de pie por más tiempo Isagi se dio cuenta y puso las manos del otro en sus hombros para luego sostener al de cabello bicolor. Era un sueño para ambos estar tan cerca del otro, se miraron y solo había una respuesta, por lo que no dudaron en besarse.

Tan caliente, tan suave, tan deseado que era irreal que estuviera ahí la persona a quien siempre espero, siempre lo espero a él, aunque tuviera que ir al infierno para no apartarse de su lado. ¿Por qué? Oh, Meguru tenía esa habilidad de ver más allá en las personas y siempre supo que su querido Isagi Yoichi, su ser amado era un demonio.

➔Fin /// Historia escrita para el CC BachIsagi