Alfa |YM|

Nueve

Yoongi lanzó la pila de papeles a un lado con fuerza. Estaba molesto, realmente furioso y no sabía si era con Jimin o con él mismo y no podía definir el por qué con exactitud.

Cuando Taehyung llegó con cara de susto a su oficina y le dijo que Jimin necesitaba de su ayuda no dudó en levantarse de su silla y seguir al omega. Taehyung nunca se comportaba así de nervioso y nunca molestaba a Yoongi con banalidades, mucho menos hacía un escándalo por un alfa que podía cuidar de sí mismo, pero Yoongi no lo pensó cuando el nombre de Jimin fue pronunciado con desesperación.

Jimin estaba pálido, ojeroso y casi profundamente dormido cuando entraron a la oficina y Yoongi tuvo que morderse la lengua para no soltar una queja malhumorada por la cantidad de desinfectante y aromatizante flotando en el aire. No era posible oler ni un atisbo del aroma dulce de Jimin e incluso el aroma del omega a su lado era minimizado por los productos químicos. Era obvio que toda esa esterilización era a propósito y Yoongi no quería pensar demasiado en la razón de eso.

Cuando Jimin abrió los ojos y vio a Taehyung y luego a Yoongi, su molestia era obvia. No esperaba que Taehyung fuera por ayuda y mucho menos por Yoongi a quien había estado evitando flagrantemente por semanas y una de las razones del mal humor de Yoongi que se atenuó cuando vio la temblorosa mano del alfa elevarse en un gesto acusatorio o cuando de repente el cuerpo de Yoongi actuó por sí solo liberando grandes cantidades de feromonas cargadas de su aroma y Jimin de la nada comenzó a verse más energizado haciendo que un orgullo irracional se extendiera en su pecho e hiciera que el dolor palpitante del vínculo menguara.

No había pasado por alto el dolor en aumento y la sensación de vértigo a veces, desde que había dejado de ver a Jimin o estar cerca de él. No entendía todavía ese lazo o la razón por la que se había creado del modo en que se forma un lazo alfa-omega, pero sabía que estaba unido al alfa al que había deseado en secreto por mucho tiempo.

El inconveniente venía con la diferencia de poder entre ellos, en que Yoongi era un empelado de la empresa de Park y tomó a Jimin durante un momento vulnerable, lo que ponía en duda muchas cosas y lo que empeoraba todo aun más, era la forma en que el mismo Jimin estaba tratando por todos los medios mantenerse tan lejos como fuera posible sin decir nada sobre nada y eso volvía más irritable a Yoongi.

Sus instintos se volvían locos con la necesidad del contacto, de un reclamo sobre el otro alfa, de volver a tenerlo envuelto alrededor de él y morder la tierna carne en su garganta. El deseo de hacer que todos supieran quien era el compañero de Park Jimin, de que oliera a él por todos lados o que dejara su marca de aroma encima de Yoongi. No importaba la forma, solo el objetivo final. La posesión, el vínculo.

Su instinto enloqueció una vez más cuando Jimin lo rechazó abiertamente y aunque la parte lógica del cerebro de Yoongi entendía el comportamiento de suficiencia en un alfa, una parte más primitiva estaba furiosa por no ser reconocido como lo que era, por no ser necesitado aun cuando su compañero no se sentía bien.

Solo el leve empujón de Taehyung hizo que Yoongi se moviera de su lugar y saliera de la oficina azotando la puerta con demasiada fuerza al cerrar. Se sentía rechazado y furioso por no haberse podido acercar más a Jimin y todo lo que pudo hacer fue desquitarse con todos los documentos que esperaban en una esquina de su escritorio, creando una lluvia de papeles que no logró calmarlo en absoluto.

—¡Ey! ¿Hubo un tornado aquí?

Yoongi le gruño al alfa en la puerta de la oficina. No había visto al hombre acercarse, a pesar de que la puerta era de cristal.

—¿Qué quieres, Hoseok?

—Ummm... logré conseguir un favor de un amigo en un bufete de abogados y el auditor financiero estará aquí mañana mismo. —comentó Hoseok mientras Yoongi lo fulminaba con la mirada. —Iba a decírselo al señor Park, pero Taehyung dice que no está disponible para nadie.