»Capítulo 17«

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Beverly creía firmemente que era la idea más estúpida que pudo influenciar a Jean y a Ororo para que aceptaran hacerla con Magneto e Ignis.

Eso se vio reflejado en el instante en que enviaron a la neerlandesa a ser la carnada vestida en una ilusión perfectamente colocada por Jean para engañar a todo el mundo. Y eso fue lo peor, ya que Beverly no le avisaron el momento en que le quitarían la fachada para ser capturada y tuvo que improvisar, dejando que las sombras causaran un caos a su alrededor.

Y antes de que pudiera creerlo, ya había derrotado a algunos de los militares principales mientras noqueaba al que estaba a cargo de las cámaras de seguridad. Lo siguiente que hizo fue aproximarse al intercomunicador, sintiendo que el aliento le faltó un poco y luego habló.

—Ya entré. ¿Ahora qué hago?

Intenta abrir las puertas desde dentro. Hay niños allí —habla Ororo y Beverly hace una mueca extraña mientras teclea en el computador, observando de reojo la puerta principal y después de reojo la cámara donde observó a los niños mutantes.

—Si, eso intento, pero son varios códigos. ¿Por qué diablos me enviaron a mí?

Hay mucho contenido que manipulas allí, señorita Willemsen —se escucha que habla Lehnsherr y la pelirroja sólo requiere concentrarse en su trabajo para ignorarlo.

Realmente le parecía un pésimo plan, pero allí estaba, intentando luchar contra un sistema que en su época sería como un sueño donde todo el mundo jamás se imaginaría que habría un aparato con el que podrías abrir puertas de metal y liberar a las personas.

A Vincent, sin lugar a dudas, le volaría la cabeza.

—No sé qué hacer, Storm —sisea.

Ya casi entramos, Ever, aguanta un poco.

—Si, claro, hasta que quieran hacer explotar la puerta que me encierra —usó el sarcasmo, pero le salía tan natural que incluso cuando estaba nerviosa sonaría como si quisiera aligerar la situación.

Y antes de que se diera cuenta, al momento en que escuchó algunos explosivos y el lugar pareció retumbar, sólo alcanzó a darse vuelta, aproximar la sombra enfrente y que una especie de puerta deforme comenzó a hacerse hacia atrás. Eso causó que uniera sus cejas, parpadeara algunas veces y el aire saliera de sus pulmones en el instante en que observó rostros conocidos de algunos mutantes con los que vivía en la mansión.

—¿Qué encontró, señorita Willemsen? —preguntó Magneto, aproximándose mientras sostenía el brazo de su esposa junto con el suyo.

—No sé ni un carajo lo que dice esto, pero estoy segura de que hay algo aquí que causa mayor energía y ya he visto algo así en la mansión —fue sincera y sólo señaló el mapa que se colocaba enfrente de ellos en la computadora.

—Ahí está Cerebro —avisó Rowena, así que se giró de golpe y Ororo no tardó en preguntar si había alguna forma de desactivarlo—. No la hay.

Beverly la ve de reojo, puesto que la pregunta iba a ella y le provocó ruido el modo incluso en que lo dijo. Sólo ignoró eso y escuchó que Erik avisaba que había poco tiempo, que era tiempo de que se fueran antes de que fuera demasiado tarde.

—No sin nosotros —Jean detiene a la pareja de ancianos y agrega—. El profesor y la doctora están aquí, al igual que los niños.

—Esperen —anuncia Storm y señala la cámara de seguridad—. Ahí están, los niños.

Beverly voltea a la misma dirección de Logan, justo donde la cámara de seguridad mostraba la imagen del video que corría, fue como si el instante se desvaneciera. Más que nada, las voces de Ororo y Kurt, quienes comentaban tal vez algún plan en mente o no; pero a Beverly eso no le importó en ese momento.

𝐀𝐭𝐚𝐯𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐢𝐧 𝐔𝐬 [𝐖𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐢𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora