𝐀𝐭𝐚𝐯𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐢𝐧 𝐔𝐬 [𝐖𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐢𝐧𝐞]

»Capítulo 15«

Sin perder demasiado tiempo, Beverly se gira un instante y se encamina, saliendo de la cocina. Y antes de que pudiera darse vuelta, escucha que Logan gruñe, golpea a alguien debido al quejido que la persona soltó y regresa de golpe, vislumbrando al sujeto vestido como si estuviera en una misión secreta.

—Se metieron a la casa equivocada —dice Logan, tomando al hombre mientras le coloca los brazos por detrás de su espalda.

Antes de al menos lastimarlo, Beverly se busca aproximar, pero le es imposible debido al grito ensordecedor y agudo que una de las estudiantes soltó en su habitación, creando una onda que paralizó a todos los presentes. Ella se tomó los oídos, miró de reojo a Bobby y sólo quiso protegerlo, colocándose enfrente del sujeto al mismo tiempo que su sombra se hacía cargo de desarmarlo.

No obstante, por poco lo consigue, ya que fue más rápido el sujeto y Beverly se lanzó contra el adolescente al ver que alzaba su arma y arrojaba disparos por todas partes. Ella siente el roce de una contra su pantorrilla, así que gruñe mientras le cubre la cabeza a Bobby.

El grito cesa, pero Logan comienza a pelear contra el sujeto y Beverly sólo quita las manos de la cabeza de Bobby y se aproxima, preguntándole si estaba bien. El chico sólo asiente, algo desconcertado. La pelirroja no duda en alzarse del suelo, mirar que Logan estaba arrinconado mientras el hombre lo amenazaba con un cuchillo. Ella se lanza, se sube en la barra y le arroja un golpe en la cabeza con su pierna. Este retrocede, soltando el cuchillo y dejando que Wolverine lo apuñalara con sus garras mientras lo arrinconaba en el refrigerador.

El hombre cae al suelo, inerte y Beverly voltea para ver que Bobby estaba asomado, mirando todo desde la barra.

—Bobby, ¿estás bien?

Él asiente cuando la mujer le pregunta eso y finalmente el adolescente se irgue. Los helicópteros podían escucharse a lo lejos, así que eso hizo que la piel se le erizara a la neerlandesa.

—Los niños están en peligro —anuncia y sólo se encamina a la salida. Bobby y Logan la siguen, pero en cuanto salen, observan la cantidad de personas armadas que se reunían en la entrada de la escuela.

—Quédense aquí —dice Logan, tomándole la camisa a Bobby y alejándolo.

—Bobby, quédate aquí —corrige Beverly y mientras Wolverine la veía fijamente, ella susurra—. Tú por la derecha, yo por la izquierda. Anda.

Le hace una señal con la cabeza, después él asiente una sola vez y se encaminan juntos. El hombre muestra sus garras, camina con grandes zancadas; ella, en cambio, usa su propia sombra para apuñalarlos, envolverlos o asfixiarlos.

Mientras iban avanzando, los gritos de los estudiantes empezaron a aumentar, causando que Beverly parpadeara varias veces, con los hombros tensos de la preocupación y buscando apresurarse para ponerlos a salvo.

Se escuchan disparos mientras envolvía a un sujeto y le quebraba el cuello. Lo único que le queda es empujar el cuerpo hasta que se precipita a volver más oscuro el lugar, cubriendo la poca luz que entraba por las ventanas y luces artificiales hasta que se movía cuidadosamente mientras seguía dañando a los invasores.

Beverly corre en dirección hacia Logan, mirando la cantidad de cuerpos que dejó en su camino y lo halla al final del pasillo, quitándose algo del hombro y dejando tres marcas en su piel.

—Eso se ve mal —musita ella y entonces Logan sacude su cabeza, mostrando sus somnolientos ojos que alertaron a la mujer—. Ey, Logan. Logan, mírame —le toma los hombros, sintiendo su sudorosa piel y la musculatura de esa zona. Siente un extraño cosquilleo, pero lo ignora y se enfoca en hablarle—. Logan, ¿puedes andar?