»Capítulo 6«

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2023.

—Nos encontraron —anuncia el profesor X, causando que las alertas de amenaza en los presentes se encendieran en sus mentes.

El tiempo se estaba acabando. Beverly, que no dudó en ver a Logan, postrado en aquella camilla de piedra con Rogue reemplazando a Kitty para llevar al hombre al pasado, sintió que el pánico buscaba algún modo de salir de su cuerpo. No obstante, Willemsen se negaba. Debía ser fuerte. 

Su única preocupación más grave estaba durmiendo, así que, en caso de tener que apoyar en lo que sea, no tardó en ver a Vanishtine y a Ignis comenzar a esparcirse para proteger el lugar. 

Beverly, por otra parte, sólo se mantenía alerta, tragando saliva disimuladamente a la vez que Horwich y Lehnsherr salían del lugar, buscando ganar algo de tiempo. Por supuesto, juntos, el fuego y el metal podían ser bastante fuertes. Y, en cambio, Vannstone y Xavier usaban sus habilidades psíquicas y de teletransportación.

—Tenemos que apresurarnos —dice Coraline y entonces aparece de repente tras salir un segundo—. Se están acercando.

Y la pelirroja, inclinada hacia Logan, le acarició la mano y simplemente le susurró en el oído algunas palabras.

—Sálvanos, Logan. Sé que puedes hacerlo.

~•~•~

1973.

—¿Logan? 

El mencionado se perdió en las palabras en su oído, como un siseo entre ecos, pero volvió en sí, al presente de ese instante. 1973. Logan alzó la vista, arrugó sus ojos y de pronto vislumbró a Beverly, mirándolo fijamente, con el cuerpo torcido debido a que estaba caminando por el detector de metales y al voltear, lo único que encontró es a Wolverine literalmente petrificado.

—¿Logan? ¿Todo bien?

—Si. Si, perdón —se encamina con cautela, esperando el instante en que la cosa destelleara en luz roja y emitiera ese agudo y molesto sonido que expresaba que tenía metal encima suyo. Más bien, dentro de él.

No obstante, no parpadeó. Logan volteó unos segundos, asombrado, pero por fin se volvió a concentrar, tomó sus gafas de sol y siguió andando, encaminándose mientras Hank empujaba la silla de ruedas de Charles, Coraline observaba el perímetro con atención, buscando alguna señal que los pudiera ayudar a encontrar a Raven; podría ser cualquier persona. Y, por último, Beverly, quien parecía nerviosa, frotándose las palmas de las manos mutuamente y andando con pasos pequeños.

—Ey, Bev, ¿qué pasa? —le pregunta Logan, inclinándose y tomando por unos segundos su cintura, acostumbrado a hacerlo. Pero lo olvidó y, al recordarlo, la baja con cuidado y se disculpa en un susurro—. Perdóname.

La pelirroja parece salir de su trance y parpadea varias veces, buscando algo con lo que pudiera fijar sus ojos. Y entonces, entre ese gran mareo de ideas, los ojos avellanos de aquel hombre la engatusaron como un pájaro a una jaula. En un instante, tragó saliva, asintió varias veces y después respondió.

—Sólo no...no sé cómo va a acabar todo esto. No uso mis poderes desde hace...quince años frente a otras personas.

—¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste y por qué?

—Era el cincuenta y ocho, había algunos hombres que querían aprovecharse de unas jovencitas, así que me tocó darles alguna lección. Más bien, un susto —al explicar esa situación, finalmente Logan torció una sonrisa y siguió andando, esta vez más seguro, tocándole con delicadeza el antebrazo mientras Beverly apenas y se tensaba ante el roce de su callosa mano—. ¿Por qué sonríes? 

𝐀𝐭𝐚𝐯𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐢𝐧 𝐔𝐬 [𝐖𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐢𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora