»Capítulo 19«

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Lo admitía. Le gustaba. Y la pregunta aquí que rondaba por su cabeza era ¿por qué? ¿Por qué él, a pesar de haber tantos otros hombres?

Habían pasado seis meses para que por fin se diera cuenta.

La culpa le carcomía debido a la sensación asfixiante que era admitirlo, pero también el saber que no sería correspondido, por supuesto, ya que era bastante obvio. Así que era difícil el poder disimularlo mientras quería buscar ese punto de sarcasmo que usaba anteriormente con él.

"Mierda, es como enfermarme. Llevo un siglo sin hacerlo", pensó la pelirroja y no dudó en andar hacia el salón de clases, comenzando su mañana como cualquier otro día.

—Hoy llegaste más temprano, pecosa —escucha a sus espaldas y gira mientras abre la puerta de su salón.

Entonces sabe que su torpe y estúpido corazón palpita con ferocidad, tan agresivo que siente el rebote en sus oídos.

—Podría decir lo mismo que contigo, Logie —se burla con el apodo y la reacción de Logan es suspirar.

—¿Por qué buscas el modo de enojarme tan temprano?

—Es un buen deporte que me alegra el día —dice ella y entonces presiona sus labios cuando se dio cuenta lo coqueto que sonó aquello. 

No mira hacia atrás, más bien, sólo escucha la risa entre dientes de Howlett y su siguiente movimiento es sólo esperar en el escritorio a que sus estudiantes comenzaran a entrar a clases. Al principio no hubo problema con ello, más bien, durante los primeros treinta minutos que llevaba explicando el movimiento del cubismo y pensaba en algunos artistas que podría usar como ejemplo.

Pero eso se vio realmente afectado por unos nudillos que golpearon la puerta del salón de clases y la interrumpieron. Su sombra se encargó de escribir algunas palabras claves en el pizarrón, así que la pelirroja se encaminó a la puerta y en el momento en que la abrió, se quedó inmóvil cuando vio que Logan arqueaba una ceja y traía un libro en sus manos.

—Estoy a mitad de clases —avisa ella, sin pensarlo.

Él se asoma para ver a todos los estudiantes que estaban atentos, así que en cuanto se precipita a ver esas miradas encima de su presencia, se cerciora de ser breve.

—Leí que tu tema es del cubismo.

—Quizá si. ¿Por qué? —une sus cejas, admirando el rostro de él con desconcierto y entonces su mente se enfoca de reojo en sus labios. Cambia de peso de una pierna a otra y agrega en bajo—. ¿De eso es el libro?

—Storm me comentó que lo necesitarías. No lo había encontrado ella, así que busqué más a fondo —al dar esa explicación, le extiende el libro y la neerlandesa lo toma, alzándolo un momento para leer lo que decía en el título.

—Pudiste haber esperado al terminar mi clase, así que ahora tendré que señalarte de culpable por haberme hecho perder el hilo —voltea detrás y su propia sombra le golpetea el pizarrón con la tiza, avisándole los temas que escribió—. Bien, entonces adiós.

Y Logan entreabre los labios, pero ella ya le había cerrado la puerta en las narices e internamente se maldijo por ser tan estúpida y torpe. ¿Por qué habría hecho es? ¿Por qué sólo no ser más amigable o amable? Sólo aclara su garganta, ve de nuevo el libro en sus manos y lo deja sobre el escritorio, dedicándose a seguir con el rumbo de su clase de aquella mañana.

En cuanto la clase termina, Beverly se dedica a prepararse para la siguiente clase que comenzaría alrededor de media hora. Había acabado antes, así que tenía tiempo de sobra y no supo qué más hacer. Tal vez podría irse a disculpar.

𝐀𝐭𝐚𝐯𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐢𝐧 𝐔𝐬 [𝐖𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐢𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora