»Capítulo 20«

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Logan despertó de un humor raro esa mañana. Había tenido un extraño sueño dónde si lo pensaba mejor, en realidad era una cosa trivial que su mente quería provocarle para sacarlo de quicio.

Era como verse a sí mismo, besando a una mujer de cabello fogoso mientras estampaba su espalda en la pared y seguía teniendo sexo con ella.

Logan entonces pudo escuchar su nombre, más bien, un apodo. Lorie. Se presentó así y tenía un hermoso vestido y el cabello recogido en un peinado que le recordaba la moda de los años veinte de Estados Unidos. Y él sonreía, aliviado de poder enmarañar esa melena salvaje mientras sus dedos se hundían en su cuero cabelludo y le daba un feroz beso de lengua.

—S...sigue... —decía ella con la voz entrecortada y después se dedicó a seguir la orden, gruñendo mientras su mano se envolvía en la cadera de la pelirroja y sentía su erizada piel.

Y era un martirio no poder fundirse con esa preciosa mujer que arañaba su espalda, atrayéndolo con deseo y necesidad mientras gemía entre sus labios.

Pero entonces, al instante en que alzó la vista para contemplar su rostro, sus ojos se desorbitaron al vislumbrar las facciones de la neerlandesa. Y sin previo aviso, se alzó de la cama, despertando estrepitosamente mientras se sentaba en el borde del colchón.

Tuvo que salir para ir al baño, así que se encaminó velozmente para darse una ducha fría y dejar de pensar en el extraño sueño.

Sin embargo, aún seguía pensando en ella, una y otra vez mientras el agua fría recorría su cuerpo y se recargaba en los azulejos, cerrando sus ojos y dejando que el agua entrara por su boca.

En cuanto salió, buscando la toalla a gran velocidad, las cosas se pusieron de mal en peor, pensó en el momento en que observó que la puerta se abrió y Beverly entró repentinamente.

Lo que escuchó fue un respingo tan fuerte de la neerlandesa que él se sobresaltó mientras la miraba con las cejas unidas, incapaz de creer que estuviera allí.

—¿Qué carajos estás...?

—Lo siento, lo lamento, ¡mierda! —ella se tapa los ojos con su palma y retrocede sin mirar hasta que su espalda golpea la pared—. Puta madre...

—¿Cómo es que vives aquí antes que yo y olvidas dónde está el baño?

Beverly no responde, sólo con su otra mano libre intenta tantear la puerta para irse, pero no la halla y parecen temblarle los dedos, pero lo disimula bastante bien.

—Sólo quería orinar, no me jodas, Howlett.

Logan ríe entre dientes y la mira con incredulidad mientras sostiene la toalla con su mano libre y se dispone a envolverla con fuerza para que no pudiera caerse de sus caderas.

—¿Yo, joderte? Mira quién está ahora tapándose como una adolescente precoz.

Entonces eso hace que, por unos segundos, el tono rojizo del sonrojo subiera a las mejillas de la mujer. Ella obviamente sólo aclaró su garganta y se quitó la mano del rostro. Alzó su mirada oceánica contra el hombre y él arqueó su ceja, ladeando su cabeza y observándola.

—¿Es un reto, Willemsen?

—Como sea —bufa e intenta darse la vuelta, pero Logan toma su antebrazo y ella aguanta la respiración, incapaz de mantener la vista enfrente.

Por unos segundos, sus ojos danzan sobre el cuerpo de Logan, el cual está tan cerca que parece sentir que su mano podría extenderse para tocar esos abdominales que se le marcaban en la zona inferior. O incluso poder tocar esos pectorales con el vello crecido, generando que el sonrojo por pensar en su mano acariciara esa zona, en realidad hizo que por fin sólo aclarara su garganta.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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𝐀𝐭𝐚𝐯𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐢𝐧 𝐔𝐬 [𝐖𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐢𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora