»Capítulo 8«

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1973.

—¿Beverly? 

La mencionada giró un poco, observando fijamente la llegada de Coraline Vannstone mientras la pelirroja estaba sentada en un sillón individual, mirando la ventana de la biblioteca. La rubia se aproximó, pidiéndole a Willemsen si se podía sentar junto a ella, a lo que accedió y sólo estuvieron unos segundos en silencio, viéndose de reojo mientras Coraline se giró, desapareció y, al volver, tenía una bandeja con una tetera y dos tazas.

—Soy buena preparando té, ¿no te lo había contado? —dice con un tono más relajado la rubia y la pelirroja alza las comisuras de los labios, soltando una risa.

—Tendré que averiguarlo, entonces —le responde con un tono bajo, un poco desanimado, pero que sabría que podría recobrarse.

Vannstone se sentó enfrente suyo y comenzó a mover sus manos, deshaciendo la bandeja, preparando un té de jengibre con limón y uno de canela con manzana que Beverly le pidió. En el momento en que se lo entregó, la pelirroja le agradeció, se sumió en el sillón y Coraline no dudó en hablar.

—¿Cómo te sientes hoy?

—Un poco mejor que ayer —expone la pelirroja, ya que llevaban más de una semana desde lo ocurrido con los Centinelas y lo de la Casablanca—. Lamento si me quedé más de lo que pensé.

—No te debes preocupar, a Charles le encanta tener personas rondando por este lugar —hace una pausa, sonriendo y sorbiendo de su té—. Dice que la hace menos tétrica.

Ambas comparten una risa y luego Beverly mira el interior de la taza, pensativa. 

—¿Cómo sientes que...será de ahora en adelante?

Coraline ladea la cabeza, sin lograr responder de inmediato. Más bien, pensándolo unos segundos antes de finalmente decir algo al respecto.

—Charles dijo que quería reabrir la escuela. Y, sin lugar a dudas, eso sería fantástico.

—¿Tú serás una estudiante? —pregunta Beverly y entonces Vannstone lo niega, riéndose entre dientes.

—Después de lo ocurrido con Charles, justo cuando...todo se desmoronó tras quedar paralítico, me tuve que ir porque, bueno, no soportaba verlo drogarse, sinceramente. Ya viste cómo me puse esa vez que...ya sabes —hace una pausa mientras Beverly asentía, comprendiéndola. Suelta un suspiro y agrega—. Me tuve que mover, salir de mi zona de confort, así que cambié mi imagen, entré a una universidad en Columbus, Ohio, estudié Física, más que nada, Física Cuántica y estoy esperando el doctorado.

—¿Entonces como profesora? —pregunta Beverly y Coraline asiente mientras ríe.

—De tener el sueño de ser lepidopterista, a ser una física con doctorado —comenta con un tono burlón y ríe—. Jamás lo imaginé.

—Dijiste que tu familia se enfocaba en ser el ojo público y los espectáculos —hizo una pausa y entonces tamborileó sus dedos sobre la taza, nerviosa de preguntarle—. ¿No los...no los visitaste?

Vannstone suspira, mordiéndose los labios, algo nerviosa y entonces traga saliva, intentando enfocarse.

—Lo lamento, no quise...

—No, no te preocupes —alza la mano, interrumpiendo a la pelirroja y entonces suspira—. En realidad, sólo visité algunas veces a mi hermanito. Bueno, ahora un empresario en la producción de películas —hace una pausa, mirando el suelo—. Julius es como yo. Es diferente y...sinceramente, no quisiera que estuviera solo. Pero él me lo pidió, así que dejé de ir y...a mis padres y a mi hermana no me interesa verlos.

𝐀𝐭𝐚𝐯𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐢𝐧 𝐔𝐬 [𝐖𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐢𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora