ALMA

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Finalmente comprendí que fuimos los pasajeros de un tren que tuvo varias estaciones. Vivimos un camino lleno de ilusión, de palabras en vano, de sueños rotos.

Hoy me encuentro con el corazón arrugado, como cada vez que me senté frente a la compu a escribir cada capítulo de este libro. Porque aunque me parezca increíble, ha dolido más de lo que esperé.

Tenerte en mi vida fue un regalo, verte partir, me desgarró como el papel que lo envuelve.

Pero seamos sinceros, mi niño bonito. Ninguno de los dos quería despedirse. Simplemente fuimos un proceso, fuimos trabajados para aprender y sacar las mejores cosas de ello. Y lastimosamente no puedo decir que esté satisfecha con eso, después de todo, sigues estando en mi corazón como el primer día.

Solo que esta vez comprendí que el alma siente lo que el corazón escucha, y para nuestra desgracia, no era justo para los dos seguir estando juntos.

A pesar de que mi mente se nuble cada noche, a pesar de que derrame millones de lágrimas por ti, a pesar de que un susurro con tu nombre se quede en medio de mi garganta, a pesar de que no puedo decirte cuando te amo, solo quiero que seas feliz. Realmente espero que lo seas, aunque tu felicidad no sea yo.

Tuvimos demasiadas versiones juntos, pero cada una de esas versiones hoy en día ya están muertas. Así que supongo que es momento de crecer, de comprender que en la vida no podemos tener siempre lo que anhelamos, y no se trata precisamente de cosas materiales.

Tu sonrisa, siempre se esconderá en mi corazón, tu mirada, siempre estará debajo de mis iris, tu voz, siempre resonará en mi mente. Porque el que no estés presente en mi vida no significa que te haya olvidado. Al contrario, te recuerdo más que nunca.

Y aunque no responda tus mensajes, sigues siendo igual de importante para , y aunque no responda tus mensajes sigo siendo esa niña que ama vivir y sentir con todo su corazoncito frágil.

Las letras se quedan cortas cuando intento expresar todo el revuelo que causaste en mí, para bien o para mal. Lo único que me gustaría que supieras es que nadie jamás reemplazará el papel tan importante que tuviste tú en mi vida.

Pero es tiempo de abrir mis alas, es tiempo de comprender que mi Salma, ya no me transmitirá más esa paz que antes lograba transmitirme, que mi niño bonito ya no me mirará más con ojos de amor, que aunque mi alma está rota algún día la voy a reparar.

Y es que lo que toca el alma, jamás se olvida, y es que solo el alma conoce lo infinito que podría llegar a ser el amor, solo el alma puede llegar a guardar tantos recuerdos. Solo el alma sabe cuanto te amé, porque el alma, nunca muere.

Ahora, me veo en la obligación de olvidar lo que fue mi salma, buscar lo que encienda mi alma y encontrar lo que me haga abrir mis alas.

Fin.

Nota de la autora:

Justo ahora, estoy sin palabras, pero dedicaré un capítulo especial para esta nota.

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