«Lo que fuimos y lo que somos»

17 3 0
                                    

No busco excusarme, no busco esconderme. No busco victimizarme.

Sé que al igual que tú, cometí errores que tal vez hirieron tu corazón, aquellos días donde el dolor era tan insoportable en mí que sentir que tú estabas igual me hacía sentir mínimamente mejor.

Hace días me puse a pensar en los errores que cometí. Que cometimos. Es injusto echarte toda la culpa a ti, cuando yo también hice cosas que estaban mal, que te afectaron.

Fuimos luz, somos oscuridad.

Fuimos amor, somos rencor.

Fuimos sonrisas, somos lágrimas.

Fuimos momentos, somos recuerdos.

Fuimos valientes, somos resignados.

Resignados a perdernos, resignados a no tenernos más por el resto de nuestra vida. Resignados a conformarnos con un mediocre e incómodo abrazo entre ambos.

Resignados a no recibir ni un mensaje al día del otro. Resignados a no saber si estamos bien, si comimos, si tuvimos un buen día o uno malo. Resignados a alejarnos por no saber amarnos.

Fuimos la frase "mi más bonita casualidad" y somos la frase "destinados a amarnos de lejos"

Fuimos tanto que nos convertimos en nada.

Conocerte fue mi casualidad, conocerme fue tu casualidad. El destino nos unió, nos lastimó y nos separó de una manera ilógica.

Y odio tener la responsabilidad de este sentimiento entre mis manos, porque sé que ya no puedo amarte, porque sé que la idea de volver a tenerte ni siquiera puede pasar por mi cabeza por mi amor propio. Así que tuve que ser resiliente ante la situación.

Encontrar la manera de sobrellevar este dolor y adaptarme a esta situación que ha marcado sin duda un antes y un después en mi vida. Es atormentante.

Dime algo, mi cielo. ¿Esto también te atormenta?

Es decir, odiaría ser la única pasando por este proceso. Se siente como si cada día me acostaran en una cama llena de clavos y ellos se incrustaran en mi cuerpo. Solo que en este caso, cada clavo es un recuerdo contigo.

Y quisiera pensar que la vida nos volverá a unir, pero, ¿y si no es así? ¿Y si no estamos escritos de forma permanente en la historia del otro?

¿Y si somos unos de esos lapiceros que se borran cuando te equivocas en una palabra?

¿O si fuimos ese personaje que llega a tu vida antes de que llegue el protagonista de tu historia?

Eso dolería incluso aun más. Porque yo quería ser la protagonista de tu historia, esa que no pudieran alejar de tu nombre, esa que te impulsara a dormir y no causara tu insomnio.

Fuimos una historia muy bonita, somos una historia sin un final feliz.

ALMA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora