Capítulo 10

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Todavía estaban en los aires cuando Max tenía una mano sobre el cuello de Sergio mientras esté subía y bajaba sobre su miembro, el sonido chicloso y el olor a sexo era fuerte que estaba seguro que su piloto de avión sabía lo que estaba pasando pero le importaba una mierda.

Tenía a su esposo saltando como un lindo conejo sobre su polla dura así que los demás no tenían relevancia.

— ¡Ah! — Se agarro de los fuertes hombros de su alfa para tener equilibrio— ¡MMM! — Su mente estaba en blanco.

— Si cariño, justo así — Sus manos se acomodaron en la pequeña cintura ayudándolo a moverse— ¿Se siente bien? — Preguntó con voz rasposa algo que excitó al menor haciendo que lubrique aún más.

— Mucho — Casi revoloteo los ojos cuando volvió a sentirlo tan dentro suyo.

— ¿Qué tanto? — Relamió sus labios admirando la vista que tenía.

Era su omega desnudo completamente, su rostro sonrojado con sudor bajando por su cuello, con los pezones erectos y un abdomen plano que daba muchas ganas de llenarlo, su trasero chocando contra sus muslos y sus dedos doblándose ante las constantes penetraciones, lindo, era demasiado lindo y caliente.

— Es como cuando te sentí por primera vez, grande, grueso y palpitante — Enredó sus dedos en su cabello escondiendo su rostro en su cuello— Hueles tan bien — Casi gimió.
— Pero está vez no duele ¿Cierto?— Bajó sus manos hasta sus nalgas golpeando y luego abriéndolas para tener un mejor acceso.

— Ni un poco — Movió sus caderas tan bien como sabía hacerlo, era su segunda ronda así que podía sentir semen y su propio lubricante bajando por sus piernas.

— mmm~~~ — Estar en el interior de su omega era tan satisfactorio— Me gusta que te guste — Susurró.

— Yo... — Ni terminó de hablar cuando se corrió entonces arqueó su espalda.

— Solo un poco más — Apresó con un poco de fuerza su cintura.

El alfa tomó el mando empezando a penetrarlo rápido haciendo que sus pieles choquen de una forma más brusca pero satisfactoria, no hubo palabras solo jadeos y gemidos hasta que se corrió en su interior depositando un gran chorro de semen.

Sacó su miembro para no anudarlo pues ya lo había hecho en la primera ronda así que lo dejaría descansar.

— Estoy un poco cansado — Dejó caer su rostro en su pecho— Pero te extrañé tanto.

— Vamos a limpiarte ¿Está bien?

— Pero no quiero separarme de ti — Se quejó.

Sabía que no iba a dejarlo ir así que tuvo que levantarse con él entre sus brazos, fue en busca de los pañitos húmedos y lo limpió con cuidado, luego buscó ropa cómoda para ambos.

— Ahora si descansa, te cuido mientras — Iba a cambiarse de asiento pero Sergio no se lo permitió.

— Quiero descansar pero necesito que me tengas en tus brazos — Aveces sentía que era muy berrinchudo pero ya que.

— Está bien mi amor — Se acomodó y abrió sus brazos— Ven aquí.

Con una gran sonrisa en su rostro el omega se acomodó en esos brazos que lo hacían sentir el más importante del mundo, escondió su rostro en su cuello y dejó besitos.

— Me haces cosquillas.

— Te estoy demostrando mi amor y solo dices que te hago cosquillas, ya entendí, dormiré en otro asiento.

— Si como no — Lo abrazó aún más — Me gusta mucho tus muestras de amor.

— No te creo nada Emilian.

DULCE OMEGA (CHESTAPPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora