Capítulo 20

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Decidieron en conjunto con la familia Pérez que irían a la playa Conchas Chinas así que reservaron algunas habitaciones en el hotel Patio Azul Luxury por lo que todos estaban emocionados en especial los padres de Sergio pues estaban viendo a su pequeño después de algunos meses además se sentían muy orgullosos de lo bien que le estaba yendo en fórmula uno.

Ya en playa Sergio perseguía a Pozole debido a que le quitó la correa por accidente pero era demasiado escurridizo yéndose directamente hacia el agua, cuando logró atraparlo estaba todo mojado y parecía una prenda de ropa recien exprimida lo cual hizo reír a los demás. Como el buen papá que era tuvo que secarlo con cuidado volviendo a ponerle la correa para que no se escapara nuevamente.

Una de las hijas de su prima pidió jugar con el perro le dijo que si pero le advirtió tener cuidado para que ninguno salga lastimado.

Después de desocuparse de Pozole buscó a su esposo quien estaba tomando el sol.

— ¿Amor te pusiste protector solar?

Sacó su teléfono tomándole foto para guardarlo como un lindo recuerdo.

— No, estoy intentando broncearme.

— Pues déjame decirte que te ves rojo y no veo ningún bronceado asomarse — Se burló — El sol aquí es bastante fuerte ya deberías saberlo.

— Es que quiero tener tu bronceado perfecto ¿Es mucho pedir? — Se sentó— Tú te ves tan precioso como siempre.

— Gracias — Agarró el bloqueador solar para aplicárselo a Max porque sino luego le terminaría ardiendo la piel— Acompáñame a pedir unos tragos.

— Yo quiero una cerveza pero no me acuerdo su nombre  — Tomó su mano para entrelazarla con la suya— Me gusta su sabor.

— ¿Corona? Sabe bien solo que está vez pediré una piña colada.

— ¿Le dijiste a los demás qué pueden consumir lo que sea?

— Claro pero estoy casi seguro que se van a limitar porque les da un poco de vergüenza.

— Los límites no existen mi amor mucho menos cuando se trata de dinero así que ellos pueden comer y beber lo que se les dé la gana.

— Se los diré no te preocupes.

Pidieron los tragos que querían mientras esperaban algunas personas se acercaron al omega para pedirle autógrafos y fotos.

— Esperaremos con ansias para verte correr en casa, te queremos y admiramos mucho Sergio.

— Muchas gracias — Firmó una gorra— Tengan un buen día.

— Tú también — Miró al alfa de su piloto favorito— Cuídalo porque tú y yo no somos amigos.

Cuando se fueron el alfa tenía varias preguntas pero la que más le importaba era saber que le dijo aquel fan de su omega.

— ¿Me estaba amenazando?

— Bueno te dijo que me cuides porque no es tu amigo — Soltó una risita — Es una frase muy usada acá.

— Pero si te cuido — Lo tomó por la cintura llenándolo de besitos en todo su rostro— Te cuido porque te amo mucho.

— Eso lo sé mi amor pero no lo te lo tomes personal, estoy seguro que no lo decían con mala intención.

— Me estaba mirando mal — Lo marcó con su olor porque se había puesto un poquito celoso.

El omega se deleitó con ese olor a café puro, adoraba muchas cosas de su alfa pero el olor que desprendía era una de las cosas que más le gustaba y disfrutaba.

DULCE OMEGA (CHESTAPPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora