Capítulo 16

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Sus caderas se movían en un vaivén sincronizado mientras sus bocas estaban en una competencia de quien era el más dominante aunque la respuesta era obvia, el alfa tenía una mano sobre el cuello del omega mientras este tenía sus manos enredadas en su cabello jalándolo un poco fuerte cuando Max empezó a penetrarlo mas rápido y profundo, haciéndolo gemir sobre su boca.

Las lágrimas de placer empezaron a bajar por su mejilla al sentirlo tan duro, tan dentro de su interior haciéndolo suyo solo como su alfa sabía hacerlo. Arrugó las sábanas con sus manos mientras los dedos de sus pies se retorcían, tenía la boca entreabierta, realmente no podía parar de gemir y jadear.

Sus miradas se encontraron, el alfa tenía una de las vistas más calientes pues su lindo pecoso tenía la mirada casi pérdida pero pérdida por estar siendo jodido como una linda putita mientras que el omega podía ver en su marido el placer y la excitación hecho persona, el olor de ambos se mezcló volviéndose uno.

— Oh fuck ~~~ — Su cuerpo se sacudió un poco debido a las fuertes estocadas que estaba recibiendo.

— Está es la única forma en la que encanta romperte, hacerte nada, volverte tan mío una y otra vez — Sus manos bajaron a su cintura apretando fuerte— ¿A quién le perteneces mi amor?

Sintió una electricidad recorrer su cuerpo al escuchar la voz de su alfa, tan posesivo, joder, lo ponía tan caliente.

— A nadie — Era solo para molestarlo— No le pertenezco a nadi... ¡Ah! — Podía sentir tan pero tan claro el pene de su marido recorriendo su interior.

— ¿A quién le perteneces? — Se inclinó nuevamente lamiendo su cuello y chupando en el proceso— Dímelo cariño, dime quien es tu marido y a quien le ruegas para que te joda todo el tiempo.

Dios, su cuello era la parte que lo hacía deshacerse si lo tocaba y tener su boca en esa zona lo estaba derritiendo como un helado en pleno verano.

Su alfa lo tomó del rostro con una sola mano mirándolo como todo un lobo hambriento, tan necesitado de una respuesta aunque ya lo sabía pero escucharlo de su boca lo hacía sentir afortunado.

— A ti mi amor, te pertenezco a ti — Respondió apenas— Solo a ti, todo de mí te pertenece — Habló con una voz más aguda.

Eso bastó para que el alfa lo tomara de las caderas jalándolo hasta casi el borde la cama, volteándolo para tener su culo a disposición y vaya que nada se le iba a ser negado. Le dio varios golpes en ambas nalgas para luego volver a penetrarlo, lo tomó por el cabello jalándolo al ritmo de las embestidas que volvían loco al omega quien solo podía gemir hasta que sus cuerdas vocales dolieran.

— Sabes lo que me gusta escuchar — Relamió sus labios, mierda, le encantaba tenerlo en esa posición tan sumiso y entregado a él.

— ¡mmm! Tan... Bueno... — Quizás estaba hecho un desastre pero a quien carajos le importaría eso si estaba siendo follado tan bien.

— Claro que es bueno cariño, es tu alfa quien te está jodiendo.

Bajó la mirada deleitándose con la imagen que se le era proporcionado, su miembro entrando y saliendo de ese interior tan cálido, el lubricante natural bañando toda su extensión haciendo que todo sea más delicioso y fácil. El sonido de la piel chocando, el chapoteo era constante y el olor a sexo era tan fuerte en esa habitación que incluso se podía oler hasta afuera.

Las piernas de Sergio temblaban levemente así que tomó su miembro entre sus manos masturbándolo sin dejar de penetrarlo, sabía que era demasiada estimulación para su omega pero no le importó, le daría un buen orgasmo como siempre así que no paró hasta que lo escuchó casi gritar mientras veía como su rostro caía contra la cama.

DULCE OMEGA (CHESTAPPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora