A Percy Jackson, el héroe del Olimpo, le dan una gran noticia: la sobrina de su padrastro Paul vendrá a vivir con ellos.
Cassie ha vivido en un orfanato desde los 7 años luego del fallecimiento de su madre y que ningún familiar pudiera ayudarla. Des...
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Nico se vuelve loco
「Percy」
—¡QUITA DE EN MEDIO, VALDEZ!
Nico le dio un empujón tan fuerte que Leo giró tres veces sobre sí mismo antes de frenar. El hijo de Hades seguía corriendo incansable hasta la Casa Grande. Me imaginé que estaba tan en su mundo, queriendo ver a Cassie, que no se le pasó por la cabeza hacer un viaje sombra.
Oh, el amor.
Nos habíamos quedado en el mundo mortal buscando a Cassie desesperados hasta que recibimos una llamada de Quirón y nos dijo que ella estaba allí. Rápidamente, cogimos todas nuestras cosas y corrimos hacia la gran casa azul de cuatro pisos.
Frank y Jason se lo contaron a Piper y a Leo rápidamente, y ellos corrieron junto a nosotros.
Al llegar, Nico estaba pasmado en marco de la puerta frente al salón. Me asomé sobre su hombro, encontrando a Quirón en su forma de centauro y a Cassie en un sofá, aún vestida con su atuendo para el baile de La Noche Estrellada.
Y a su lado, un dios que yo conocía muy bien.
—Tánatos —lo dijo Hazel, sufriendo un deja vù.
—Hazel, Frank y Percy: mis héroes —sonrió—. Me complace veros de nuevo. Supongo que ya conocéis a mi hija Cassiopea.
—¿Tu hija? —pregunté con un tic nervioso en el ojo—. Que Cassie es tu hija.
—La única que he tenido en 4.000 años —le dedicó una sonrisa a su hija—. Disculpad el susto, solo quería protegerla de esos terribles gigantes. Estuvimos hablando y decidimos que lo mejor era que ella viniera al campamento.
» Bueno, Cassie, si ya conoces a estos chicos, supongo que lo mejor será que ellos te den tus lecciones y te hagan de tutores. En especial, Nico, ya que...
—No, Nico no —negó Cassie de inmediato.
—Cass, escucha... —pidió el pelinegro.
—No quiero —se puso en pie. Se nos quedó mirando a Hazel, Frank y a mí, el trío que su padre había señalado antes—. Elijo al chino mamado.
—¿Yo? —preguntó Frank, completamente inaudito.
—Sí, ¿cómo te llamas?
—Frank Zang. Eh... soy hijo de Marte, o sea, Ares.
—¡Genial! ¡Me ha tocado la lotería! Frank, te elijo a ti.
