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El sol del mediodía brillaba con fuerza sobre los terrenos de la U

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El sol del mediodía brillaba con fuerza sobre los terrenos de la U.A. Los estudiantes de primer año se habían reunido en la cafetería después de un agotador día de entrenamientos. Izuku estaba sentado en una mesa cerca de la ventana, disfrutando de su almuerzo mientras intentaba despejar su mente. La conversación con Chad seguía rondando en su cabeza. No podía evitarlo, había algo en ese omega que lo descolocaba por completo.

— Midoriya, ¿puedo sentarme contigo? —La voz suave de Uraraka interrumpió sus pensamientos.

Izuku levantó la vista y la vio sonriendo, su bandeja de comida en las manos. Sin pensarlo demasiado, asintió.

— Claro, Uraraka —respondió con una sonrisa tímida.

Mientras Uraraka tomaba asiento, una suave fragancia floral llegó hasta él. Era su olor a feromonas, delicado, familiar y completamente diferente al dulce aroma de vainilla que tanto lo había alterado últimamente. Era un recordatorio de lo "normal" que debía ser su interacción con otros omegas. No debería estar pensando en Chad... pero allí estaba, siempre en el fondo de su mente.

— Hoy estuvo intenso el entrenamiento, ¿verdad? —comentó Uraraka, empezando a comer con entusiasmo—. ¡Aizawa-sensei nos está poniendo a prueba!

— Sí, estuvo bastante duro —Izuku sonrió, tratando de mantenerse en la conversación, pero notó cómo Uraraka se inclinaba un poco más cerca de él, su mirada brillante y su sonrisa más abierta de lo normal.

Había algo en su comportamiento que lo hacía sentirse... extraño. Uraraka siempre había sido cercana, pero hoy había algo más en su actitud. Las feromonas en el aire eran más intensas de lo habitual, como si Uraraka estuviera intentando acercarse de manera más... personal.

— Oye, Midoriya... —comenzó ella, su voz más baja de lo normal—. ¿Has pensado en... en salir alguna vez? —Su rostro se sonrojó un poco mientras desviaba la mirada, claramente nerviosa por la pregunta.

Izuku se quedó congelado por un momento, sus pensamientos atropellándose. Uraraka era una amiga, una omega que lo comprendía y que siempre había estado allí para él. Pero la realidad era que, desde el momento en que el aroma de Chad había llegado a su vida, ninguna otra conexión parecía tener el mismo impacto.

Antes de que pudiera responder, sintió una presencia. Una que ya había llegado a identificar al instante.

Chad.

El aroma a vainilla llegó de golpe, inundando el aire con una intensidad que casi lo hizo marearse. Izuku levantó la vista justo a tiempo para ver a Chad entrar en la cafetería, sus ojos dorados buscando a alguien... a él. Pero en cuanto su mirada se posó en Uraraka, algo en su expresión cambió.

Chad frunció el ceño y, antes de que Izuku pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, caminó hacia ellos con pasos decididos, su energía envolvente. Sin decir una palabra, se acercó a Izuku, ignorando por completo la presencia de Uraraka, y se sentó a su lado, muy cerca, lo suficiente como para que sus hombros casi se rozaran.

𝐒𝐢𝐠𝐮𝐞 𝐌𝐢 𝐕𝐨𝐳 - 𝐈𝐳𝐮𝐤𝐮 𝐌𝐢𝐝𝐨𝐫𝐢𝐲𝐚 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora