Las cosas entre Izuku y Chad no estaban bien. Una pequeña discusión, fruto de malentendidos y tensiones acumuladas, los había llevado a mantenerse alejados por unos días. Chad, en su orgullo, había decidido no dar el primer paso para arreglar las cosas, mientras que Izuku, con su inseguridad, había optado por dejarle espacio, aunque cada día sin hablarse le dolía más.
El silencio entre ellos se sentía pesado, especialmente para Izuku, quien nunca había sido bueno lidiando con la distancia emocional. Intentaba concentrarse en sus entrenamientos y en sus clases, pero su mente siempre volvía a Chad. Y aunque ambos seguían con sus rutinas, ninguno podía evitar pensar en el otro.
Después de una semana sin verse, Chad comenzó a extrañar más de lo que estaba dispuesto a admitir. Había momentos en los que su habitación se sentía vacía, y aunque tenía el nido lleno de ropa de Izuku, no era lo mismo. Había perdido esa conexión cálida y segura que su alfa le proporcionaba, y eso le hacía sentir más vulnerable de lo que quería reconocer.
Una noche, mientras Chad estaba recostado en su cama, su teléfono sonó. El número que aparecía en la pantalla lo sorprendió: era la madre de Izuku, Inko Midoriya. Dudó por un momento antes de contestar, sintiéndose un poco extraño de recibir una llamada de ella tan tarde.
— ¿Hola? —respondió Chad, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su voz.
— Chad, querido, siento mucho llamarte a estas horas —comenzó Inko, con un tono suave pero preocupado—. Pero necesito tu ayuda. Es sobre Izuku...
Chad se enderezó en la cama de inmediato, su cuerpo tensándose al escuchar el nombre de su alfa. El tono en la voz de Inko lo hizo sentir que algo estaba mal.
— ¿Qué pasa? —preguntó con urgencia—. ¿Está bien?
Hubo una pausa al otro lado de la línea antes de que Inko respondiera.
— Está en celo, Chad —dijo con un suspiro—. Y lo está pasando mal. Normalmente es capaz de manejarlo, pero esta vez... esta vez parece diferente. Creo que necesita a su omega. Necesita que estés con él.
Chad se quedó en silencio por un momento, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. Un millón de pensamientos pasaron por su mente: la discusión que habían tenido, la distancia que habían puesto entre ellos, y ahora esto. No podía ignorar la urgencia en la voz de Inko ni lo que significaba para un alfa estar solo durante su celo.
— Voy para allá —respondió finalmente, decidido, sin más dudas en su mente.
No tardó mucho en llegar a la casa de los Midoriya. Cada paso que daba hacia la puerta le recordaba lo mucho que había extrañado a Izuku en los últimos días. Y ahora, al saber que estaba pasando por su celo sin él, se sentía culpable por haber mantenido esa distancia.
Inko lo recibió en la puerta con una expresión de alivio.
— Gracias por venir, Chad —dijo suavemente, colocando una mano en su hombro—. Está en su habitación. No ha salido en todo el día.
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𝐒𝐢𝐠𝐮𝐞 𝐌𝐢 𝐕𝐨𝐳 - 𝐈𝐳𝐮𝐤𝐮 𝐌𝐢𝐝𝐨𝐫𝐢𝐲𝐚 𝐱 𝐎𝐜
Fanfiction"Aveces es mejor aceptar nuestro propio destino, no insistir en ser algo para lo que claramente no hemos sido enviados a este mundo"