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Era una tarde tranquila en la U

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Era una tarde tranquila en la U.A., pero el ambiente estaba tenso. La rutina del día había sido pesada, y los estudiantes aprovechaban los últimos momentos antes de regresar a los dormitorios. Sin embargo, para Chad, la calma no duraría mucho más. Caminaba hacia su salón cuando sintió una mirada fija en él, una presencia que había aprendido a reconocer en las últimas semanas.

Uraraka, con su expresión seria, lo estaba esperando en el pasillo. Sus ojos brillaban con una mezcla de frustración y dolor. Era evidente que tenía algo que decir, y Chad sabía perfectamente de qué se trataba. Lo que no esperaba era la intensidad del enfrentamiento.

— Chad —comenzó Uraraka con voz firme, aunque claramente nerviosa—. Tenemos que hablar.

Chad la observó por un segundo, ya sintiendo el peso de la conversación que se avecinaba. No estaba interesado en discutir, pero tampoco era de los que huían de una confrontación. Dio un pequeño suspiro antes de responder.

— ¿De qué quieres hablar, Uraraka? —preguntó, aunque la respuesta era obvia.

Uraraka apretó los labios, como si estuviera organizando sus pensamientos. Finalmente, levantó la cabeza, con una expresión decidida.

— Sobre Izuku.

El solo mencionar su nombre causó que la tensión entre ambos aumentara. Chad mantuvo la calma, pero dentro de él, ya sentía cómo sus instintos se preparaban para defender lo que consideraba suyo. Aunque no quería pelear con Uraraka, sabía que había llegado el momento de enfrentar la realidad.

— ¿Qué hay con él? —dijo Chad, tratando de sonar despreocupado, aunque no podía evitar un leve toque de irritación en su tono.

Uraraka frunció el ceño, dando un paso hacia él.

— Sé lo que estás haciendo. Estás intentando alejarme de Izuku. Te he visto… cómo lo marcas, cómo te acercas a él todo el tiempo. No puedes simplemente... quitármelo así.

Chad cruzó los brazos, mostrando una calma que estaba lejos de sentir por dentro.

— No estoy quitándote a nadie, Uraraka. Izuku no es un objeto que pueda ser tomado. Él es un alfa, y toma sus propias decisiones. Si está conmigo, es porque él lo quiere, no porque yo lo esté forzando.

Las palabras de Chad cayeron como un balde de agua fría sobre Uraraka, pero ella no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente.

— ¡Eso no es justo! —exclamó, con la voz cargada de emoción—. Yo lo conozco desde hace mucho, siempre hemos sido cercanos. Siempre he estado a su lado, y de repente tú llegas y... ¡todo cambia!

Chad suspiró. Sabía que esta conversación era inevitable, pero eso no lo hacía más fácil.

— Uraraka, no puedes obligar a alguien a sentir lo mismo que tú. Y aunque entiendo que lo quieras… no puedes ignorar lo que él siente. Si no has hablado con Izuku sobre lo que sientes, no es mi culpa.

𝐒𝐢𝐠𝐮𝐞 𝐌𝐢 𝐕𝐨𝐳 - 𝐈𝐳𝐮𝐤𝐮 𝐌𝐢𝐝𝐨𝐫𝐢𝐲𝐚 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora