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Izuku siempre había tratado de no pensar demasiado en las jerarquías dentro de la dinámica alfa-omega, pero desde la llegada de Chad, ese mundo del que solía distanciarse se sentía cada vez más presente

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Izuku siempre había tratado de no pensar demasiado en las jerarquías dentro de la dinámica alfa-omega, pero desde la llegada de Chad, ese mundo del que solía distanciarse se sentía cada vez más presente. Chad, con sus vibras de alfa a pesar de ser un omega, era un rompecabezas que Izuku no lograba resolver. Pero, lo que más lo desconcertaba, era el creciente sentimiento de inseguridad que comenzaba a formarse dentro de él.

A lo largo de los días, Izuku había notado cómo otros alfas en la clase miraban a Chad. Algunos con respeto, otros con curiosidad, pero había algo en esas miradas que lo ponía nervioso. A pesar de que Chad no parecía tener interés en ninguno de ellos, la mente de Izuku no dejaba de correr con pensamientos que lo hacían dudar de sí mismo.

Durante una práctica en el gimnasio, mientras el grupo entrenaba combate cuerpo a cuerpo, Izuku se encontró observando a Chad desde el otro lado de la sala. Los movimientos ágiles y decididos de Chad lo hacían destacar entre los demás, y aunque era omega, irradiaba una confianza que muchos alfas parecían envidiar.

— Midoriya, ¡concentración! —le gritó Aizawa, sacándolo de sus pensamientos justo a tiempo para esquivar un golpe de su compañero de entrenamiento.

— ¡L-lo siento! —respondió Izuku, avergonzado, volviendo su atención a la práctica. Pero su mente no podía evitar regresar a Chad una y otra vez.

Mientras descansaban, Izuku no pudo evitar observar cómo algunos de los otros alfas se acercaban a Chad, aparentemente fascinados por su presencia. Bakugo, Todoroki, incluso Kirishima, parecían estar interesados en hablar con él, aunque Chad mantenía su actitud distante y reservada, como siempre. Sin embargo, en la mente de Izuku, cada conversación, cada mirada, aumentaba su inseguridad.

"¿Y si Chad prefiere estar con un alfa que tenga verdaderas vibras de alfa?", pensaba Izuku, sintiendo un nudo formarse en su pecho. No podía evitar comparar su propia energía, que siempre había sido considerada suave para un alfa, con la de los demás. Bakugo era el epítome de lo que la sociedad esperaba de un alfa: fuerte, dominante, seguro de sí mismo. Y aunque Izuku era más poderoso de lo que aparentaba, nunca había encajado del todo en ese molde.

Mientras tomaba agua, Kirishima se le acercó, sonriente como siempre.

— Oye, Midoriya, Chad es un tipo interesante, ¿no? —dijo Kirishima, con un tono amistoso pero curioso—. No es como los otros omegas que conozco.

Izuku tragó saliva, sintiendo cómo la inseguridad aumentaba.

— Sí, es... diferente.

Kirishima se rió, dándole una palmada en la espalda.

— ¡Eso es lo que lo hace genial! Tiene una fuerza increíble para ser omega. Es raro ver algo así. A veces me pregunto si podría derribar a Bakugo si lo intentara.

— Probablemente podría... —murmuró Izuku, sin poder evitar que la sombra de sus pensamientos lo envolviera.

Kirishima no notó el cambio en el tono de Izuku, pero las palabras resonaron dentro de él. Mientras Kirishima regresaba al grupo, Izuku se quedó mirando el suelo, sintiéndose más pequeño de lo que debería.

𝐒𝐢𝐠𝐮𝐞 𝐌𝐢 𝐕𝐨𝐳 - 𝐈𝐳𝐮𝐤𝐮 𝐌𝐢𝐝𝐨𝐫𝐢𝐲𝐚 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora