V.

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Un mes después…

- ¿Por qué tan feliz? – alzo la cara y miro a mamá en silencio –
- Nada – respondo y entrecierra los ojos –
- John me contó algunas cosas – dice y me quedo muda –

Ese traidor, no puede tener una sonrisa de mi madre porque le dice hasta la forma de caminar, resoplo y me rindo, así que agarro la mano de mi madre y nos acercamos a una de las sillas de la sala de espera, resoplo y comienzo a contarle todo, mi madre asiente mientras le cuento lo que ha sido el mes tanto desde que la conocí hasta ayer cuando me pidió ir a cenar hoy y acepté.

- ¿Cómo es que se llama? – pregunta mamá –
- Jennifer Stanton – respondo y asiente pensativa –
- ¿No es de la familia Rizzo? – pregunta y me acuerdo de John –
- No creo – respondo y finalmente agarra mi mano –
- Me gusta como tus ojos brillan – susurra y me abraza – pero necesito que te vayas con cuidado – susurra nuevamente y asiento mientras me alejo –
- Lo tendré madre – susurro y entonces me deja un beso en la frente –

Unos minutos después llega una emergencia, mi madre me apoya y mientras yo voy con un niño, ella va con una niña y entonces cada quien va a lo suyo. Solo que no todo es bonito en esta carrera, el niño prácticamente llegó sin signos vitales y aunque hice todo, el resultado fue fatal, doy la hora de deceso y la enfermera apaga todo, resoplo y aviso que voy a dar la noticia a la familia.

Después de una hora estoy sentada en un pequeño pasillo y me cruzo de brazos, siento a alguien sentarse a mi lado y frunzo el ceño porque ese perfume se me hace conocido, almendra lo tiene una sola persona, lo sé porque aunque trabajo en un hospital, jamás se lo he olido a alguien más, me volteo y la veo de perfil, su cabellera rojiza, no va de forma empresarial, sino más bien casual y aun así se ve hermosa, demasiado hermosa, esta cruzada de brazos y también de piernas, una chaqueta marrona, una camisa sencilla cuello uve creo que negra, vaqueros azules y tacones a juegos con la chaqueta, sonrío confusa de verla aquí.

- Hola – saludo y voltea a verme –
- Encontrarte fue más fácil de lo que pensé – dice y me rio –
- ¿Me buscabas? – pregunto y niega –
- Te encontraba – responde y asiento –

Este día para mí no ha sido el mejor, sin embargo, verla aquí me da una paz y sonrío con suavidad, Jennifer se voltea y solo quisiera un abrazo de ella, algo que al parecer lee en mi mirada porque se acerca mientras abre los brazos y finalmente me abraza, rodeo sus costados y cierro los ojos mientras recargo mi barbilla en su hombro izquierdo, suspiro suavemente y nos quedamos un rato en silencio.

- ¿Quieres ir por un helado? – pregunta y abro los ojos para alejarme –
- ¿Cómo sabes? – pregunto confusa y sonríe –
- Te he aprendido a escuchar y me gusta lo que te gusta – responde y asiento – ¿vamos? – pregunta y asiento –
- Vale, espérame afuera y vamos – respondo y asiente –

Jennifer se pone de pie y toma mi mano, me ayuda a ponerme de pie y quedamos a pocos centímetros, nuestras miradas se abrazaban y puedo declararme fan número uno de esos ojos cafés, sonrío y mi mirada va a sus labios, cuando reacciono alzo la mirada y puedo ver su pelea interna mientras mira mis labios y mi corazón se acelera, subo mi mano derecha lentamente por su brazo y llego a su hombro para finalmente ir a su nuca, nuestras narices se rozan y por fin nuestros labios chocan.

Siento como una coalición mientras ellos se mantienen en pausa, conociéndose y sabiendo que el otro le gusta, finalmente Jennifer pasa su brazo por mis caderas y me pega más a ella mientras siento su mano derecha en mi mejilla, nuestros labios se mueven en un compás y su lengua sin permiso entra a mi boca, un jadeo leve sale de mi boca y a los minutos nos alejamos por falta de oxígeno, abro los ojos y Jennifer sonríe con parsimonia.

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