ASCENSOR

XVI.

Tres días después…
Mike Rizzo

Nada es peor que cuando enterramos a nuestros seres queridos, esta vez no sólo es uno sino cuatro, mi nana siempre será una persona especial para nosotros, ella estuvo con nosotros en casi todo y ahora la tuvimos que enterrar, el vigilante un gran hombre y humilde señor, siempre tan atento, lo extrañaremos al igual que a nuestra nana, pero nada como perder a ambos padres el mismo día, eso es de las peores cosas que le puede pasar a un ser humano. Alzo la cara después de que entierran a nuestros padres y el cielo sigue nublado, bajo el rostro y paso mi brazo derecho por los hombros de mi gemela, mientras que el brazo izquierdo lo paso por los hombros de mi hermana mayor, le dejo un beso a cada una y esto es así, nos quedamos los tres solos y ahora debemos estar más unidos que nunca, agradezco que Jennifer haya regresado.

Le hago una seña a mi cuñado y mientras carga a uno de mis sobrinos asiente, se acerca y le pide a Lauren ir a casa, por cosa rara y que agradezco, la rubia aceptó y se despidió de nosotros, la vemos marcharse con su familia y ahora me volteo para ver a Jennifer.

- ¿Vamos a mi casa? – pregunto y niega –
- ¿El departamento está solo? – pregunta y eso lo sabe es Lauren –
- Podemos ir y ver, eso lo sabe es Lauren – respondo y resopla –
- Vamos – susurra y miramos una última vez las lápidas de nuestros padres –

“Marie Stanton de Rizzo”, “Samuel Junior Rizzo Jackson” “Los Rizzo por siempre y para siempre”

Siento otra vez esa presión en el pecho y respiro profundo para botar todo el aire luego, me volteo y lo veo algo alejado de nosotros, sonrío y le pido unos minutos a Jennifer, ella asiente y sigue el camino hasta salir del cementerio, me acerco a Fitz y al llegar a él lo abrazo fuerte.

- Gracias por venir – susurro y niega –
- Sé que vivo ocupado, pero necesitaba saber que estás bien – susurra y me alejo –

Miro al castaño y aquellos ojos verdes me miran tan apaciguado, no como el resto que me miran con lástima y de verdad me hace sentir reconfortado, mamá como me gustaría que pudieras conocerlo, pienso mientras sonrío triste y agarro su mano para entrelazarla y salir del cementerio.

- ¿Quieres conocer a mi gemela? – pregunto y me mira nervioso –
- Esta bien – responde y asiento –

Caminamos hasta llegar a mi coche donde la veo recargada de la puerta del piloto y la llamo, voltea a vernos y baja la mirada a nuestras manos entrelazadas, sonríe y alza la cara para mirar al castaño a mi lado, se acerca y extiende su mano con mucha delicadeza y elegancia.

- Jennifer Rizzo – se presenta y sonrío con suavidad –
- John Fitz – se presenta y asiento –
- Mi novio – confirmo y Jennifer se aleja para quitarse las gafas de sol –

Sus ojos brillan y yo sonrío ahora nervioso, está feliz por mí, lo sé, pero lo que no sé es con qué saldrá ahora mismo, pero en cambio Jennifer no dice nada, solo le dice “Bienvenido” y se disculpa para alejarse, creo saber la razón y me volteo para ver a John.

- Ella no va a estar bien por un buen rato – digo y John asiente –
- ¿Aparte mal de amores? – pregunta y asiento –
- Una médico como tú – respondo y se ríe –
- Somos buena gente pero muy ocupados – se excusa y niego –
- Papá la alejó de ella, así que no estará fácil si se vuelven a ver – confieso y el castaño asiente pensativo –

John me avisa que en la noche va a casa y asiento, le doy mi llave y me mira asombrado, sonrío y la toma, le dejo un beso en la mejilla y entonces cada uno se va por su lado, él hacia su coche y yo me subo al mío, Jennifer no dice nada y lo agradezco, luego tendremos tiempo de hablarlo. Me pongo el cinturón de seguridad, enciendo el coche y cada uno va en su mundo, en silencio y con la radio apagada, suspiro y Jennifer entrelaza nuestras manos, la aprieto y sigo manejando hasta el edificio.