17

55 18 0
                                    

Flashback

Jairon se queda dormido en el sofá, es tanto lo que bebió que no tiene ni fuerzas para levantarse.

—¿Estará vivo? —Riven se queda viendo cómo el niñero pasa la borrachera.

—Claro que está vivo —me río— en la mañana estará bien.

—Bueno —Se encoge de hombros—¿Tienes sueño?

—No —niego con la cabeza— ¿Por qué preguntas?

—Quiero follarte.

—Ah —me toma desprevenida.

—Ah, nada —da un gran paso hasta donde estoy quedando a centímetros de mi boca— ¿Si o si?

Muerdo mi labio y sonrío traviesa. 

Riven me toma por la cintura y me sube sobre una mesa arrojando todo lo que había al suelo, con el estruendo Jairon se remueve pero no sé despierta.

Su dedo índice acaricia mis labios, baja por todo mi cuello, juega con el escote de mi blusa, abre su mano y pega mi espalda a la superficie de madera.

Baja hasta mi short y lo quita. Besa mis muslos y lame toda mi piel descubierta. Su aliento roza la tela de mi braga, ensancha una sonrisa y las rompe de un buen tirón.

Su lengua se desliza entre mis pliegues, juega con mi clítoris y cuela sus dedos en mi interior. Muerdo mis dedos para no hacer ruido.

Jairon está de inocente en el sofá.

Pobrecito.

Riven termina, me levanta, arroja toda su ropa, se sienta en el suelo y yo a horcajadas sobre él, tomo su polla entre mis manos y la pongo en mi centro para sentarme en ella.

Suelta un gemido ronco.

Desde esta posición estoy viendo a Jairon y Riven le da la espalda. Empiezo a cabalgarlo. Nos unimos en una ola de gemidos roncos. Le clavo las uñas en los hombros cada que levanta y se entierra más en mi interior.

El niñero se remueve y está vez si despierta. Se pasa las manos por el rostro y se queda quieto viendo lo que hacemos. 

—Ven —gesticulo y le hago un gesto para que se acerque.

Lo piensa.

Aún está dudoso.

Se levanta y viene en cámara lenta.

—Confía en mí —Riven se voltea al escucharme y no se inmuta al verlo, sigue con lo suyo.

Jairon se detiene frente a mi, bajo su cremallera y masajeo su polla, mientras mi hermano continúa penetrandome. Juego con sus pelotas y me llevo toda la longitud a mi boca. Succiono todo el falo.

Detengo las arremetidas de Riven porque si continúa así acabará y eso no es lo que deseo.

Los llevo ambos al sofá, me pongo de rodillas frente a Jairon, envuelvo mis manos en su cuello y nos besamos. Riven toma mi cabello en su puño, besa la piel de mi espalda y me inclina en un proceso lento, para penetrarme por detrás.

Animo a Jairon que introduce su polla en mi interior. Sentirlo los dos a la vez es lo más placentero que me ha pasado en la vida.

Sus estocadas se hacen fuerte, sus caricias se intensifican y gimo sin control.

Me aparto, los dos comienzan a masturbarse desesfrenadamente. Yo me arrodillo en el suelo, abro mi boca y saco la lengua en espera de su derrame.

Se liberan a la vez y me bañan con su jugo, que se desliza por mi mandíbula, cuello, a través de mi pecho.

Fin del flashback. 

—Venga chicos —suelto una enorme carcajada — tampoco estuvo tan mal. Sus traseros están intactos.

—Tienes razón —Riven se encoge de hombros—. Además a mí no me molesta compartir a la chica que amo para que ella esté feliz.

—Esto sigue siendo mucho para mí —el niñero se pasa las manos por el cabello— Creo que no puedo.

—Yo mejor los dejo solos para que ustedes conversen —Riven se va y yo me acerco a Jairon.

—¿En serio esto es lo que quieres? —dice—¿Eres feliz con todo esto?

—Ambos me hacen feliz, no puedo elegir entre ninguno de ustedes porque siempre sentiría como que me falta algo. Así no quiero vivir.

—Yo quiero estar contigo, lo tengo claro —está frustrado y confuso—, pero no sé si pueda con tu estilo de vida. 

—Ojala las cosas fueran diferentes —pongo mi boca en línea fina.

—Te gusta estar con dos chicos a la vez —repite procesando toda la información.

—En realidad somos tres —aparece Riven en bóxer y comiendo una manzana.

—¡Riven! —lo fulmino con la mirada y a Jairon la mandíbula le toca el suelo. Su boca es un enorme O.

—¿Un tercero? —pregunta incrédulo.

—Es verdad —digo y suelto un suspiro— Soy una mierda de persona. Entiendo si quieres alejarte de nosotros.

—¿Quién es? —pregunta, serio— ¿Lo conozco?

—Es Malcom —confieso.

—Necesito irme de aquí.

Sale escaleras arriba en busca de mi hermana, o eso supongo. 

—Bravo, Riven —bramo— Lo acabas de espantar, ahora sí estamos jodidos.

—No es mi culpa, si quieres estar con los tres, tienes que decirle a los tres —se cruza de brazos— ¿Cómo vas a estar con nosotros a la vez?

—Ya pues no lo sé, pero está no era la manera.

—La manera es lo antes posible porque no vas a estar así toda la vida. Ya dimos el primer paso —comenta— Si a Jairon le gusta va a volver, solo falta Malcom.

—Malcom no va a entrar en esta locura —pongo mi boca en línea fina.

—Entonces te quedarás sin él.

—Eso nunca.

—Tengo una idea —la comisura de sus labios se curvan en una sonrisa que me da miedo. 

... porque emana peligro por doquier.

Erróneos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora