19

48 17 0
                                    

Estoy nerviosa, lo que está a punto de suceder es una completa locura y lo peor de esto es que está protagonizada por mí y mis ansias locas de tener a tres hombres a la vez. 

Me miro frente al espejo, el maquillaje está llamativo, pero bonito. El vestido se pega a mi cuerpo y resalta mis cualidades.

Las manos me tiemblan cuando agarro la manija y abro la puerta. El tacón resuena mientras bajo por las escaleras.

Sé que los tres están sentados en la mesa del comedor. Riven me envió un mensaje anunciando la llegada de Malcom.

—Si es una broma para ya —dice Malcom nada más que me ve— porque no le veo ni puta gracia.

—¿Puedes escucharme primero? —trago en seco y le sostengo la mirada.

—¿Y qué hace el niñero aquí? —vuelve a abrir su boca y Jairon lo fulmina con la mirada.

—Mi nombre es Jairon —le aclara. 

—Cuando terminen con la inmadurez avisen —Riven me sonríe y se acomoda en su silla.

Me siento en un extremo sola, a mi derecha Jairon está tomando agua, a la izquierda Malcom está tocando la superficie de madera, provocando un sonido incómodo y molesto. Frente a mí está Riven, muy relajado por cierto.

—Algunos lo saben otros no así que lo voy a volver a decir —empiezo— Están aquí, porque de una manera u otra me he enamorado de los tres.

—Ya —mi tío se levanta— Que salgan las cámaras ocultas por favor —intercala la vista entre Jairon y Riven— ¿Ustedes ven esto normal?

—Déjame terminar —pido.

—A mí me encanta la idea —Riven es quién habla.

—Por favor ¿tanto trabajo les cuesta entender que esté enamorada de tres personas a la vez?

—¿Vas a seguir con esta locura? —Malcom casi que me grita al hablar.

—Solo quiero...

—Yo solo quiero que desaparezca de mi vida —Malcom me corta, rudo seco y tajante— Me largo y que no se te ocurra volver a buscarme.

Sale andando e intento seguirle, pero Riven me detiene en el umbral.

—No vale la pena.

—Lo amo —sollozo.

—No sé cómo —me susurra en el oído—, pero te prometo que él estará con nosotros.

Me dejo caer al suelo y me siento justo en la escalera, apoyo mis codos en las rodillas y suelto un suspiro.

Riven se sienta a mi lado y Jairon hace lo mismo.

—Ten por seguro que yo nunca te voy a abandonar —dice Riven abrazándome.

Jairon sigue junto a mí, pero con la mirada perdida en la nada. 

—Lo sé —sigo con mi llanto—, por eso te amo.

—No sé si te sirva de mucho, pero yo también quiero intentarlo —confiesa Jairon y mi corazón se inunda de alegría— Voy a estar aquí para ti, siempre. Nos tienes a los dos —me asegura.

Los tengo a los dos, eso es lo más seguro hasta el momento, Riven y Jairon están para mí.

...pero Malcom, quizás por ser el mayor no acepta este tipo de relación. Lo que yo siento por ello es tan real como la muerte, sin duda alguna.

En el fondo sé que debo dejarlo ir, quizás conformarme con ellos dos... pero me niego.

Los tres son míos o nada.

Erróneos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora