Erróneos ✓

2

Riven era el hijo de Andrés con su primer matrimonio, antes de empezar con mi madre y acogerme a mi como su hija. Luego de casarse tuvieron a Raquel mi hermana de dos años.

Una familia tradicional y común, excepto por mí.

— Hemos llegado. 

— ¿No vas a entrar?

— Estoy ocupado, solo me escapé para rescatar a mi sobrina favorita.

— Nos vemos luego — le doy dos besos en las mejillas y me bajo del auto.

Entro en la casa y lo primero que veo es a la familia reunida, mi madre tiene a Raquel en brazos, mi padre se está dando un trago de whisky sentado en el sofá junto a Riven.

Dios está más guapo que hace dos años cuando pasó las vacaciones con nosotros, su oscuro cabello caía desenfrenado sobre su frente y sus expresivos ojos azules me miraron fijamente logrando que me sonrojara al instante. 

— Rebeca.

— Riven.

— ¿No le vas a dar un abrazo a tu hermano?

Corro al instante a sus brazos, su perfume es el mismo de años atrás y no sabía que lo había extrañado tanto hasta este momento.

— Sigues igual de enana — me dice.

— Tu igual de feo.

Mentira, el siempre fue muy apuesto. A diferencia de todos los Dilthon él no había sacado los ojos verdes ni el cabello rubio, pero era extremadamente guapo. 

— Ya que estamos todos siéntensen que tenemos que comunicarles algo. — habló mi madre.

— ¿Pasó algo mamá? — su voz me preocupó. 

— No cariño — mi progenitora me miró —. Todo está bien. 

— Tenemos un viaje de negocios — habla mi padre — Estaremos un mes fuera de casa.

— ¿Por qué tanto tiempo? — pregunto. Aunque en el fondo no veo mejor plan que quedarme en la casa sola con Riven por todo un mes. 

— Cuestiones de negocios, no podemos darles ningún detalle — responde mi padre.

— Por lo cual su padre y yo decidimos contratar un niñero para que cuide de Raquel.

— Yo puedo cuidarla, mamá — me ofrezco rápidamente.

No me gusta la idea que un desconocido esté conviviendo con nosotros. 

— A mí me da lo mismo — fulminé a Riven con la mirada —. Que tengan un buen viaje, yo me voy a mi habitación.

«Imbécil»

Si no te das cuenta por las buenas que lo que quiero es estar contigo como antes, tendrá que ser a por las malas. 

Desaparece por las escaleras con las manos metidas en los bolsillos y casi babeo cuando veo su trasero.

No me podía tocar una familia con genética fea. 

El timbre me hizo dar un pequeño brinco. 

Cuando la puerta se abrió antes mis ojos quedó un chico completamente vestido de negro y sus ojos oscuros eran intimidantes. 

— Hola, yo soy Jairon Noldin.

— Justo a tiempo — mi madre a grandes pasos le entrega a mi hermana — Está es Raquel y ella Rebeca — me señala. 

— El mayor está durmiendo — informa mi padre con dos maletas enormes — Con Riven no tendrás mucho quehacer.

Bafff para nadie es un secreto que para mis padres lo más importante es hacer dinero, mucho dinero.