(Red Daughter)
Trato de moverme lo más rápido que puedo. Llevo a Lena entre mis brazos, pero sus heridas se han hecho graves. La sangre ya ha manchado toda mi ropa, pero sigo creyendo que llegare a nuestro hogar a tiempo para ocultarla antes de que llegue el sol. No ha mencionado palabra alguna, tan solo sigue gruñendo entre dientes y sus largos colmillos han desaparecido totalmente. Finalmente estoy cerca, pero mi cuerpo falla; ambas caemos sobre el suelo del balcón. No quería fallar, sin embargo, la vista se me tornaba borrosa. "Puedo hacerlo, sé que puedo hacerlo" Me repito, arrastrándome por el suelo hasta alcanzar el cuerpo de Lena.
La muevo a continuación, hasta el interior de la casa; tan solo lo suficiente como para evitar el sol que ya se cernía sobre la ciudad. Dejo escapar un sonido de triunfo, que me da la libertad de soltar todo el aire que había contenido en los pulmones; tal vez no todo este bien, pero hice lo posible por demostrar cuanto la amaba. "Svetlana" sale de la boca de Lena, quien apenas alcanza a abrir sus ojos ahora verdes, y yo, trato de responder estirando la mano para alcanzar la suya.
¡Lo logre! Mis manos rozan las suyas y ahora formamos un patético cuadro entre dolor y muerte, ya que; su estado es el peor que pudiera contemplar. El rayo que la otra lanzo en su contra es una herida ardiente que no deja de emanar olor a quemado, no sangra, pero poco a poco se extiende por su piel como un relámpago; la herida de bala por su parte continúa sangrando, dejando ver un agujero profundo que no tiene final. Mi Lena... mi vampiresa, es probable que mueras aquí.
Creo que me quede dormida delante de aquella mujer o quizás solo me desmaye por mis heridas, a fin de cuentas, no es que yo pudiera hacer algo para evitar que un vampiro muriera; nada más allá de estar a su lado. ¿Creen ustedes que lo hice bien? ¿O que le falle a Lena? Probablemente debí ser mas rápida, y evitar que la atacaran en primer lugar, pero estaba distraída. ¡Mi gran error! Fue dejarme engatusar por todo lo que podíamos tener. Esa ciudad brillante y rica que Lena pensó que podría aceptarnos me obstruyo la vista de todos los peligros que existen en ella y ahora mi amada paga el precio.
Supongo que algunos días transcurrieron de manera apacible, pues hubo un silencio bastante grato. No soñé nada, pero tampoco sentí miedo. Tres días quizás pasaron, pero durante la última de esas noches, el miedo vino a visitarme finalmente; mi corazón estaba sobresaltado y cuando abrí los ojos sentí a Lena sobre mi cuerpo. Sus ojos regresaron al negro, su respiración estaba acelerada de una forma en que parecía más el jadeo de un perro salvaje que el reclamo de un amante. No necesitaba ser un genio para entenderlo... finalmente estaba por morderme para reclamar lo que era suyo.
Por supuesto no la detuve. Probablemente tenía la fuerza para hacerlo ya que puedo recuperarme fácilmente gracias a la exposición del sol, pero mis intenciones eran muy distintas. Quería imaginarme que nos hallábamos ante una nueva oportunidad, una al lado de la otra. Quizás cuando terminé de beber, ella hablará y volverá a su estado habitual, no obstante, nuevamente se negó a alimentarse de mí. Ahora, lo único que hace es mirarme con un interés que dejaba traslucir cierto horror. Como si ese fuera un límite que no deseaba cruzar. Tras meditar unos instantes incluso empezó a llorar algo que completo el cuadro de un ser inmortal casi en agonía.
Yo por mi parte comienzo a sonreír, pero mi sonrisa desaparece al ver la expresión preocupada de Lena; creo que hice mal al burlarme de su momento de debilidad, pero ella misma ha hecho un terrible drama del asunto. Nunca me pregunto si yo quería o no ser mordida, pues de haberlo hecho efectivamente le diría que sí. Supongo que ahora tan solo nos queda tomarlo todo con cierta gracia.
Inmediatamente me abraza y se enfrasca en una conversación que sostuvo en voz baja, como si temiera que alguien nos escuchara detrás de las paredes. No decía nada en concreto, solo repetía una y otra vez "Dime que estas bien. Dime que no voy a perderte" algo irónico pues por mi cabeza, pasaba una idea muy parecida. Yo me encontraba bastante recuperada, gracias a la siesta que tuvimos sobre el suelo; mientras ella apenas lucia como una persona viva. De pronto, Lena vuelve sus ojos completamente verdes hacia mí. Estaba pálida, muy pálida y parecía intensamente preocupada.

ESTÁS LEYENDO
Sombras de Terciopelo
Fiksi PenggemarKara, es una joven inocente y curiosa, que se siente irresistiblemente atraída por una enigmática y seductora figura de su infancia. Mientras tanto, Red Daughter sigue los pasos de una visitante misteriosa cuya belleza oculta un deseo tan antiguo co...