Fluke sirvió la cena a ambos niños. Sí, porque Gemini era un niño cuando estaba al lado de Jinhoo; jugaba como uno y hacía pucheros como uno, era como otra persona diferente a la que se sentaba frente a la computadora con el rostro serio.
—Tu comida siempre es deliciosa —halagó el moreno, dejando que Jinhoo se sentara en sus piernas.
Jinhoo empezó a cenar con sus manos y Fluke lo regañó y sermoneó acerca de la educación, mientras que Gemini, con pucheros, le llevaba la contraria.
Cuando por fin se quedó dormido, Gemini lo cargó hasta su cuarto. Su habitación estaba llena de juguetes de todos tipos y paredes azules simulando un océano. Lo dejó en su cama en forma de coche de carreras y lo cubrió con las pequeñas sábanas.
—Buenas noches, bebé.
Jinhoo se removió entre las sábanas.
—Buenas noches, papá, te amo.
Gemini sonrió y le dio un beso en la frente. Las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos. Amaba a ese niño como amaba a Fourth, pero había tenido que renunciar a uno de los dos y, aunque Jinhoo le daba un poco de paz en sus días, las noches seguían siendo frías y solitarias.
Sintió unos brazos rodear su cuerpo y se dejó abrazar.
—Él definitivamente te adora. Nunca lo había visto tan feliz y estoy seguro de que lo será más si tú también lo eres.
—Gracias —le dijo sincero y correspondió al abrazo.
—Por favor, nunca abandones a Jinhoo —le dijo Fluke en un susurro—. No sabríamos qué hacer sin ti.
Gemini palmeó su espalda y lo tomó por los hombros suavemente.
—Siempre voy a estar para él, nunca podría dejarlo.
Fluke asintió con una sonrisa.
—Lo lastimarías mucho si lo haces —le dijo casi como una advertencia. Gemini negó; Fluke tenía razón y solo se preocupaba por el bienestar de Jinhoo.
Él era todo lo que importaba
...
Rodó por la cama, su cuerpo dolía más que nunca. Estaba empezando a odiar su embarazo y así mismo por haber actuado tan estúpidamente. Pero estaba dolido, habían lastimado su corazón, habían desestabilizado su vida, él solo era una víctima de las circunstancias. O eso se decía para darse ánimos.
Sobre todo, no podía demostrarle a Gemini que él había ganado aquella batalla invisible que Fourth se había inventado. Gimió de dolor y se obligó a levantarse para beber un poco de agua y tomarse algún calmante permitido para embarazos.
No podía dormir, no cuando lo único que hacía era soñar con Gemini. Soñaba cuando eran pequeños, cuando el menor tomaba su mano tímidamente y le pedía que lo siguiera, siempre jugaban y se metían en problemas. Crecieron pensando que eran el uno para el otro.
Al menos Fourth así lo creía. Pero Gemini lo había lastimado de la peor forma posible. Gemini lo había humillado, lo había hecho sentir como si valiera poco.
Lo odiaba por eso y a la vez lo amaba. ¿Cómo era posible tener esos dos sentimientos tan fuertes por la misma persona? ¿Cuál sentimiento le ganaba al otro?
...

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Traición | Geminifourth
FanfictionFourth vive en un cuento de hadas, con el esposo perfecto y la vida perfecta, pero todo se viene abajo y la realidad le da una cachetada para hacerlo poner los pies en la tierra; cuando, mientras celebraba el aniversario de una década de casado, un...