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—¡Gemini! ¡Gemini, despierta por favor! —Fluke lo movió despacio, tratando de despertarlo. 

El moreno rodó en la cama y luego lo miró con el ceño fruncido cuando se fijó en la hora. 

—Van a ser las cinco de la mañana, ¿Qué es lo que pasa? 

—A Jinhoo le pasa algo, no sé qué tiene —dijo casi desesperado—. Nunca se había enfermado, y no sé qué hacer.

Gemini se levantó de la cama rápidamente; tampoco tenía idea de qué hacer.

—Háblale a Pod para que traiga el coche, iré a ver qué tiene. 

Se apresuró a la habitación del niño. ¿Esto no podía estar pasándole a él? Primero su Fourth, y ahora Jinhoo. 

Jinhoo se quejaba de un dolor en su estómago. Gemini sintió su frente y descubrió que tenía fiebre. 

—¿Qué tienes, bebé? ¿Qué te duele?

—Todo —se quejó el niño.

—Ya viene para acá. ¿Qué es lo que le pasa? —Fluke se apresuró a la habitación mientras se ponía un suéter.

—No tengo idea, no soy médico, Fluke, y tampoco tengo experiencia con los niños. 

—Yo tampoco, no sé qué hacer... Es que nunca se había enfermado. 

—Lo llevaremos al hospital por ahora. Vamos, campeón —le dijo al niño. 

Gemini lo tomó en brazos y salió con Fluke a esperar a que Pod trajera el coche. Apareció pronto, y ambos subieron. 

—Llévanos al hospital, el de siempre —le ordenó.

Pod asintió y arrancó.

—Espero que solo sea una pequeña infección —le dijo Gemini a Fluke para tranquilizarlo.

—¿Eso crees?

—Sí, seguro comió algo que le hizo daño en el preescolar.

—Eso espero... No sé qué haría si algo malo le pasara —dijo Fluke, abrazándose a sí mismo. 

—Tranquilo —Gemini palmeó su espalda—. Yo estoy aquí.

—Lo sé —Fluke tomó su mano—. Lo sé y te lo agradezco. No sé qué sería de nosotros si no te hubiera contactado. 

—Lo siento, Fluke —esta vez fue Gemini quien tomó su mano cariñosamente—. Me porté muy mal cuando me buscaste y me dijiste que tenía un hijo. Pero ahora no puedo hacer más que agradecerte. Jinhoo se ha vuelto mi razón para vivir. 

—Y la mía también —le respondió Fluke, sincero—. Los amo a ambos —dijo mientras tomaba el rostro de Gemini y unía sus frentes.

El moreno se movió incómodo por la confesión. 

—Sí, yo también te aprecio como el padre de mi hijo —le dijo, y el ambiente cayó en un incómodo silencio. 

—Tal vez tú ahora... 

—Ya casi llegamos —lo interrumpió Gemini—. Bebé, despierta —dijo, dirigiéndose a Jinhoo.




Traición | Geminifourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora