Fourth acomodó su corbata frente al espejo de cuerpo completo que estaba pegado al armario. Tenía el cabello corto, castaño oscuro, cuidadosamente peinado, maquillaje ligero y los labios humectados. Su traje completamente blanco lo hacía ver como un ángel para los ojos de Gemini.
Se acercó desde atrás y rodeó su cintura, acto seguido le dio un beso en el cuello, haciendo que Fourth riera.
—Estás perfecto, siento celos de los que te ven.
—Tú eres un exagerado —le dijo, golpeándole la costilla con su codo—. Vamos, que se nos hace tarde y desde aquí puedo escuchar a los invitados empezar la fiesta de nuestro aniversario sin nosotros.
El mayor tomó su mano y lo hizo caminar con él. Fourth tenía una actitud explosiva; siempre era el alma de la fiesta, alzó los brazos para saludar a sus amigos con una gran sonrisa.
—Diez, no puedo creer que ya hayan pasado diez años —dijo Love emocionada—. Pero, ¿Cuándo piensas darme sobrinos?
—Yo también quiero saber cuándo podremos ver pequeños fourths corriendo por aquí —Phuwin reía a su lado.
Fourth se encogió de hombros.
—Chicos, saben que Gemini aún no quiere hijos —les dijo, mirando a la pequeña Wendy, la hija de Love, correr de un lado a otro—. Necesita tiempo.
—Fourth —Love miró a Gemini, que estaba conviviendo al otro lado del jardín con sus amigos y compañeros de trabajo—. Ya no eres un jovencito, hay edades para esto y, aunque sigues viéndote espectacular, el cuerpo no espera otros años.
—Lo sé, pero cada vez que hablo sobre eso no terminamos bien —Fourth también miró a Gemini—. ¿Crees que no quiero hijos? Los quiero, pero no sin el consentimiento de Gem, y él quiere esperar.
—Ya esperaron diez años —aseguró Phuwin.
—Chicos, es mi aniversario de bodas; mejor hablemos de otra cosa.
El ambiente era amigable; Fourth conocía a todos los invitados, platicaba con ellos y recibía regalos con una sonrisa encantadora. Se acercó a Gemini para llamarlo a bailar, quien aceptó con mucho gusto. Ambos se movieron a un ritmo lento y suave por la música, como si volaran, o así lo creía Fourth.
Una de las meseras se acercó a ellos y los interrumpió.
—Lo buscan, mi señor —Gemini soltó a su esposo y miró a la joven, quien sonrió—. Al señor Fourth —le dijo.
—¿A mí? Debe ser de la revista; prometí que nos dejaríamos fotografiar por Vogue.
—Apresúrate, quiero seguir bailando contigo —le pidió Gemini, dejando un pequeño beso en sus labios.
Fourth lo besó de regreso y asintió.
—Yo también.
Fue rápido hasta la sala de su residencia. Dentro aún se escuchaba la música del jardín y algunos murmullos. Miró al hombre sentado en uno de los sillones, un hombre que desde lejos se veía de bajos recursos, con la ropa manchada y desgastada.
Él no conocía a nadie así; ese tipo de personas no estaban en su círculo social. Vio a un niño sentado en sus piernas que jugaba animadamente con un avión de papel.
Se acercó lentamente hasta ellos.
—¿Usted es?
El hombre se puso de pie con el niño en brazos.
—No es mi nombre el que importa —le dijo. Fourth frunció el entrecejo.
—No he venido aquí con dolo para lastimarlo, pero él se ha negado a darle su apellido por miedo a que usted se entere. Así que no me quedó otra más que decírselo por mí mismo. Entonces Gemini no tendrá ningún pretexto para no darle su apellido a mi hijo.
—¿Tu hijo? —Fourth señaló al niño con su dedo, su mano temblaba a pesar de saber que estaba siendo grosero al hacer ese gesto—. ¿Y de quién?
—Sí, mi hijo y de Norawit Gemini.
...

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Traición | Geminifourth
FanfictionFourth vive en un cuento de hadas, con el esposo perfecto y la vida perfecta, pero todo se viene abajo y la realidad le da una cachetada para hacerlo poner los pies en la tierra; cuando, mientras celebraba el aniversario de una década de casado, un...