XXIX

100 11 11
                                    

La tienda estaba vacía. La ropa y cobijas todavía estaban ahí, apilados en el rincón.

No había señal de Spreen.

Roier sacó la cabeza de la tienda y se enderezó, entrecerrando los ojos por el sol mientras examinaba la reservación. Axozer todavía estaba parado frente a la tienda de Karl y se habían unido a ellos unos quince Reiniciados más de la reservación, la mayoría de más de Ciento-Veinte.

Muchos de los Reiniciados de Karmaland se estaban apresurando con Vicky, quien estaba parada junto a la hoguera, con las manos en la cadera. Parecían estar haciendo algún tipo de formación. Tenían los rostros tensos de temor y expectativas.

Dream se separó de esa multitud y trotó hasta él. Estaba tenso, volteaba la cabeza constantemente para examinar el área en torno suyo.

—¿Dónde está Spreen? —preguntó.

—No lo sé, te fue a buscar.

—No lo he visto.

Sus miradas se cruzaron y un indicio de preocupación le cruzó el semblante.

—¿Cuánto tiempo...?

—¡Roier!

Volteó para ver a Missa dirigiendo a un grupo de al menos treinta Reiniciados de la reservación. La nueva Reiniciada que Karl recientemente había matado estaba con ellos, y también la mayoría de los Menos-Sesenta.

—¿Qué sucede? —preguntó Missa.

—Nos vamos —dijo en voz baja. Spreen le había dicho que Missa se había dejado convencer, pero él todavía sentía una punzada de temor de que se levantaran contra ellos y se unieran a los Reiniciados que estaban frente a la tienda de campaña —. Nos vamos a Karmaland.

—Lo siento, ¿vamos a dónde? — Dream lo miró con incredulidad.

—A Karmalnd —repitió, con sus ojos en los de Missa—. CAHR está perdiendo su control de los humanos que están ahí. Vamos a ir por las armas para tomar la ciudad —miró a Dream—. ¿Todavía tienes combustible para los transbordadores?

—Sí.

Aún estaba confundido.

—Pondremos combustible en los dos transbordadores e iremos volando ahí.

Dio un respiro hondo y miró a la multitud detrás de Missa. Treinta o más atrás de él, y ya tenían a cien Reiniciados de Karmaland. Juntos podrían derrotar a los Ciento-Veinte, aunque estuvieran armados.

—¿Nos ayudas?

Missa hizo una pausa por un momento.

—Cuando lleguemos a Karmaland, ¿los Reiniciados se podrán ir si quieren? ¿O nos tenemos que quedar todos a luchar?

—Todos pueden hacer lo que quieran —dijo, aunque esperaba que escogieran quedarse y ayudar.

—Está bien, los acompaño.

Parpadeó ante la rápida decisión.

—¿De verdad?

—Sí.

Movió la cabeza hacia los que estaban detrás de él.

—No sé si ellos, pero les explicaré lo que pasa y dejaré que decidan.

—Si se animan a ayudarnos, que se unan a Vicky y al resto de Karmaland —le dijo con una sonrisa.

—Entendido. ¿Ya hay alguien poniéndoles combustible a los transbordadores?

—Todavía no.

—Ya estoy en eso —volteó a mirar a Dream—. ¿Dónde está el combustible?

Dream le indicó a Missa que lo siguiera mientras se dirigía a la reja de la reservación, y lo miró sobre su hombro.

Wake up [spiderbear]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora