𝕋𝟚-𝟟 𝑭𝒂𝒖𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏

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Dos médicos de cuestionable moral llegaron para auxiliar a Satoru, trasladándolo a una habitación blanca en el primer piso de la mansión

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Dos médicos de cuestionable moral llegaron para auxiliar a Satoru, trasladándolo a una habitación blanca en el primer piso de la mansión. La camilla se movía por los pasillos como un espectro, las ruedas vibraban sobre los mármoles desnudos y la alfombra carmín absorbía la sangre que aún fluía de su cuello.

Yo, un conjunto lastimoso e intolerable detrás de ellos. Tan amargamente rota que ni siquiera me detuve a reconsiderar si lo correcto era aprovechar y huir, o asegurarme de que estuviera a salvo.

Está vida absurda te despoja de dignidad y orgullo. No tiene sentido intentar mantener intacto tu ego cuando estás mirado a la muerte directamente a los ojos.

Los hombres terminaron jadeantes al bajar su agobiante peso peldaño por peldaño, uno de ellos maldijo entre dientes la falta de ascensores. Cruzaron las puertas de la habitación con luces glaciales, y en ese instante, solo desaparecieron.

Esa fue la última vez que vi a Satoru.

Y aunque ellos aseguraron que él estaría bien, el terror de presenciar eso caló en mi psique, moldeando aspectos tal vez oscuros en mi personalidad.

Ese humano no quiere que te vayas. —Asya irrumpe en mis pensamientos, cerrando la puerta detrás de sí con un ligero golpe.

Mis dedos que hasta ahora se mantuvieron en una guerra civil, pellizcándose y arañándose uno al otro, se distancian en una fracción de segundo.

𝑫𝒂𝒓𝒌𝒄𝒚𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora