❦ 𝐁𝐮𝐬𝐢𝐧𝐞𝐬𝐬, 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚.
Satoru Gojo controla el inframundo de los negocios ilícitos, con un alma excéntrica y una caótica naturaleza que desencadena lo peor de aquello que lo rodea.
"Él es la encarnación del diablo en piel de ángel, con len...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𖥟
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En cuestión de días, la casa de mamá se convirtió en nada más que un recuerdo hipotecado, un cascarón vacío donde su rastro era una ilusión bajo la sombra de mi padrastro.
Vendimos las paredes que una vez nos contuvieron, las mismas que hablaban con su voz y nunca con la de ella. Para Dorian, aceptar la ausencia de su padre fue un rompecabezas con piezas que nunca encajaban.
Por otro lado, la señora Floren no puso objeción cuando decidí mudarme con Satoru, llevando conmigo a mi pequeño hermano. Que llega un momento, en que hay que dejar atrás las ropas viejas que ya se amoldaron al cuerpo, y olvidar los caminos que siempre llevan al mismo sitio.
Pero justo antes de que pueda irme a la cama a descansar, mi última noche en su hogar, cuando nuestra conversación cálida parecía haber concluido, Floren detiene su andar.
El pasillo está vacío, apenas iluminado por las luces tenues que salen de las habitaciones entre cerradas.
Con una expresión fría y un dejo de duda en la mirada, se acerca de nuevo a mí y coloca su mano sobre mi hombro, como si le quedara una última lección que enseñarme.
—Déjame decirte algo que ya sabes, Alice. —Comienza, evaluando mi rostro, buscando en mi actitud la sobriedad suficiente para soportarlo—. El mundo no está hecho de arcoíris y amaneceres. En realidad es un lugar podrido y decadente. Y no importa cuán fuerte seas... Si se lo permites, te pondrá de rodillas y te va a marchitar.
¿Sigue hablando del mundo?
Una risita nerviosa se me atasca en la garganta, pero no llega a nacer. —Sí... —Paso los dedos por mi cuello con incomodidad—. Desgraciadamente lo sé. ¿Por que me dices esto ahora?
—Porque no tienes idea de la infinita malicia que hay en el corazón humano. —Sus duras palabras caen sobre mi pecho como una lluvia coronal directa a la nieve—. Y si no te amas más de lo que amas a ese hombre... si no construyes una coraza a tu alrededor; los dardos más débiles un día se harán letales, y te destruirán.