—Ve a darte una ducha, yo le haré algo de comer mientras.—
—Está bien.— Cede el Omega —Luego de irlo a dejar al jardín, ¿haremos otra cosa?—
—Pasar tiempo con las gemelas.— Se levanta —Ve, TaeYang.—
—Voy.—
Mientras que Kim se dirige a la puerta de la recámara, TaeYang se dirige al cuarto de baño. Una vez la puerta de la habitación abierta, Ye-Won se encuentra con un pequeño de cabellos achocolatados oscuros.
—Buenos días, papá.— Su pequeña boca se abre en grande por el bostezo que da
—Buenos días, cosa.— Los brazos de su pequeño se estiran y ella no tarda en tomarlo en brazos —¿Dormiste bien?—
—Sí.— Con su nariz mima la mejilla de la pelinegra
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En una camioneta blindada está la manada de Kim, yendo todos a dejar a un pequeño Omega de ojos bicolores.
—¿Qué tienes?— La suavidad en aquel tono, hace sollozar a Taehyung —¿Oh?— TaeYang le da una mirada a la Alfa —¿No quieres ir?—
—No.— Lagrimea el pequeño —No quiero.—
—¿Por qué?—
Al llegar al jardín, Ye-Won se estaciona y luego se quita el cinturón para girarse a ver al pequeño que llora bajamente mientras observa el lugar en donde suelen dejarlo.
—Entiendo.— Es Kim quien rompe el silencio
—¿Entiendes, qué cosa entiendes?—
Poniéndose el cinturón de nuevo, Kim Ye-Won emprende a conducir de nuevo como si nada. Si su pequeño no quiere ir al jardín, ella muy bien no lo llevará. Sin embargo, que llore por no quedarse, solo le da a conocer que es más que un solo; no quiero.
—Dígame, Alfa.—
—Quema el jodido jardín a donde iba mi cachorro.— TaeYang abre los ojos de más —Ahora.—
—Hay gente y niños dentro.—
—¿Pregunté si había alguien?—
—No, Alfa.— Contesta el hombre —Ahora mismo lo hago.—
Lee TaeYang le arrebata el móvil a la pelinegra, para hablar con Jung.
—¡Hyung, no le hagas caso!—
Sin embargo, la llamada es colgada por parte del Alfa. TaeYang se gira a ver a la mujer que conduce como si nada.
—Llámalo.— Sacude el móvil de la contraria en la cara de ella misma —¡Llámalo!—