♣️ JDP♣️

♣️21♣️

—Una brutal pelea se dio paso esta madrugada, cinco Alfas se encuentran gravemente heridos mientras que el causante de aquel acto sigue fugitivo.—

Las palabras de aquella mujer quien se encuentra dando notificas en la televisión solo logra que un Omega se mueva más ansioso por toda la sala. TaeYang quita el móvil de su oreja y echa su cabeza hacia atrás, las lágrimas deslizan por sus mejillas. Sus ojos están irritados y su nariz también.

—Tae...— Seo-Yoon le ofrece una tasa de té a su mejor amigo —Te hará bien.—

—Gracias.—

Los Jung se dejan notar, y con ellos se encuentra una borracha Kim y un irritado Jeong. TaeYang deja la tasa de té en la mesa y camina a largos pasos hasta la mayor.

—¿¡Qué se supone que haces!?— Un golpe se le es dado a Ye-Won —¡Maldita seas, me tenías con el corazón en la garganta!—

No pudo dormir en toda la noche, le dolía el pecho y no solo por sus emociones sino por las contrarias. Ye-Won es sentada en la cama que comparte con el pelirizo. Quien observa como tiene la ropa llena de sangre y las manos heridas.

—Fuiste tú.— Se tapa sus ojos con una de sus manos y suelta un sollozo —¿Por qué debes de recurrir a la violencia siempre que algo te lastima, Ye-Won?—

—¿Quién dice que me has lastimado?—

Poniendo a un lado el cuello de su camisa, Kim menor se apunta la marca.

—Eso no quiere decir nada.—

—Puedo sentir tu dolor. Sé que te herí, pero aun así, no deberías de recurrir a la violencia solo por eso.—

—Yo no hice nada.— Gruñe, ebria —Bueno, sí. Le di a mis cachorros unos asquerosos genes que solo los harán miserables.— Se ríe —Estarán igual de malditos que yo. ¿Los dañaré como Jae-Hwa me dañó?—

TaeYang baja su cabeza y emprende a llorar al escucharla balbucear aquello.

—¿Me volveré como mi padre y les haré el mismo daño?— Ella niega con su cabeza —No quiero. Me gusta ver a mi pequeña cosa reír. Me da algo agradable en el pecho ver como se acerca a mí sin temor de que le haré daño.—

Los ojos de la pelinegra se cierran lentamente y su respiración se vuelve más calmada.

—Estoy tratando de dar lo mejor de mí, aunque no tengo nada bueno.— Esa frase rompe al Omega —No te arrepientas de haberme dado el privilegio de ser el padre de tus hijos, chiquillo. Por favor.—

TaeYang observa como la punta de la nariz de la contraria se halla roja, no vuelve a escuchar nada más, pues ella se ha quedado dormida. Con el corazón herido y lágrimas bajando sin cesar por sus mejillas, Kim TaeYang emprende a desvestir a su pareja en silencio.

No es capaz de responder a nada de lo que ella ha dicho. Limpia con cuidado los nudillos ensangrentados de la contraria y puede ver cortes en las manos que se han sanado. Haciendo fuerza la arregla bien en la cama y luego él se sienta a un lado para verla.

Tomando una de las manos de su pareja, TaeYang se muerde el labio inferior. Realiza algo, y es el hecho de que, puede ser alguien que ella pueda dañar, herir, pero, incomprensiblemente, no le causa ninguna satisfacción herirla, dañarla. ¿Por qué sería?

Hora más tarde, la mujer se levanta para luego salir de la cama y también del cuarto. Ella camina a peso ligero hasta el cuarto de su primer hijo, abre la puerta y lo ve ahí, durmiendo boca abajo. Con lentitud se acerca, sentándose en el borde de la cama y con su mano toquetea la espalda del pequeño.