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El dolor puede tener niveles bajos como altos. TaeYang, él mismo sabe que no es la primera vez que ve a la pelinegra besar a alguien, en ese tiempo, cuando ella se besó con Hana, él se sintió celoso, posesivo, con sentimientos confusos.

No obstante, en ese momento, en ese preciso instante en que ve como la mayor se apodera de los labios del predestinado de ella, como lo besa con tanta entrega y pasión. Así, tal cual suele hacerlo con él, el dolor en su pecho, y lo que siente, es tan alto que, no pudiendo mantenerse en pie, cae de rodillas al piso.

—Y-Ye-Won...—

La mencionada rompe el beso al escuchar la rota voz de su Omega, su estómago se encuentra revuelto, las ganas de vomitar hacen estragos en su garganta. Seok abre sus ojos cuando es soltado y, siendo consciente de lo que acaba de suceder, se separa y mira hacia su izquierda, en donde se supone está su pareja.

Ye-Won espera ver la presencia del lobo de TaeYang, pero no está. El joven adulto se levanta lleno de una euforia, camina hasta los tocadores para abrir las gavetas y buscar algo, encuentra unas tijeras y empuñándolas en sus temblorosas manos, se gira.

—Baja eso.— Pone su mano en alto, haciendo el gesto para que baje las tijeras

TaeYang camina a paso rápido hasta ella, se desliza, por un lado, para llegar al Omega de negros cabellos. Quien gime adolorido al ser empotrado en la barandilla del pasillo.

—Voy a matarte.— TaeYang gruñe por lo bajo, rabioso

Eleva su mano para tomar impulso y antes de descenderla, es detenido. Forcejea sin mirar a la mujer quien sostiene su mano con fuerza bruta.

—Voy a matarte.— Llora sin hacer ningún ruido —Voy a matarte.—

Como un muñeco de trapo, es apartado de Seok, quien tose y se sostiene su cuello, se marcha cuando ella le dice que se vaya. Ye-Won entra de nuevo a la recámara con su pareja, quien se zafa del agarre que ella tenía en la muñeca contraria.

—¿Qué se siente? ¿Duele? ¿Te excitó?— Sonríe, viendo el dolor en la mirada contraria —Juguemos, TaeYang. ¡Juguemos!— Grita, perdiendo la serenidad por un momento —¿Quieres ir a besarte con Park? Es tu turno.—

Hay un temblor incesante en el cuerpo del Omega de ojos achocolatados.

—Eso, TaeYang, eso que sientes ahí adentro.— Apunta su propio pecho —Se llama dolor.—

—Es muy hipócrita que lo digas cuando tú no sabes qué es.—

—Y te aseguro, que luego de sentirlo, nada se sentirá igual de nuevo.— Se aproxima —Porque esa mierda suele volverte loco, insensible y muerto en vida.—

En silencio él la observa, sus ojos están empañados de lágrimas, pero no hay ni una que salga de ellos para deslizarse por sus mejillas.

—¿Y sabes por qué te dolerá como la misma mierda? ¿Realizas por qué no podrás olvidarte de lo que viste tan fácilmente? ¿Comprendes por qué esa imagen te carcomerá por dentro?—

TaeYang no le responde.

—Porque sabías y estabas seguro de que solo te necesitaba ti. Que, estos malditos labios que tanto conoces, solo habían besado a Hana y luego tú te volviste el dueño de ellos.—

Cada palabra la dice cerca de la boca contraria, encorvada y sin dejarlo de ver, ella se halla.

—Te confiaste demasiado, porque sabes que detesto estar de cuerpo en cuerpo, de boca en boca. Que no me metería con cualquiera una noche y luego con otro en otra noche. Por eso, TaeYang...—

Ella desciende sus ojos en aquellos temblorosos labios, y vuelve a subir su mirada para centrarla en aquella que la mira con dolor.

—Por eso mismo estabas seguro de que, no importando cuantas veces la cagaras, yo seguiría manteniéndome alejada de cualquier otro ser. Y ahora, al ver que no, te duele, te quema como la misma mierda.—

♣️ JDP♣️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora