PRÓLOGO

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Seis de la mañana.

La alarma del teléfono suena insistentemente, dando a entender que llegó el momento de levantarse. Con pereza, estira su mano y la apaga, pero no se levanta de la cama, sinceramente, no tiene ganas de ir a su trabajo diurno, sin embargo, sabe que, si lo despiden y únicamente sale por las noches, los vecinos se darán cuenta y su personita especial pagará los platos rotos por su imprudencia, por ello, reuniendo todas sus fuerzas, se levanta a duras penas y a pasos lentos va hacia el cuarto de su razón de vivir para despertarla y ayudarla a alistarse para ir a la escuela.

Abre la puerta y la observa maravillado, a sus ojos es tan hermosa. Gracias a ella, su vida se llena de alegría y risas y aunque la manera en que la concibió no fue la mejor, su "pedacito de sol" le otorgó la valentía y la fuerza necesarias para salir adelante.

Con todo el sigilo del mundo se acerca y suavemente la sacude para despertarla.


— Hana... Hana... despierta cariño, hay que ir a la escuela


Mientras la llama, comienza a repartir besos por toda su carita y poco a poco, los pequeños ojos se van abriendo y la personita se estira perezosamente, dando paso a la imagen de una niña de 12 años, cabello negro, piel blanca y ojos azules.


— Buenos días mami — dice con somnolencia la niña

— Buenos días mí amor, ¿Dormiste bien? — pregunta con una tierna sonrisa y recibe un asentimiento con la cabeza — okey, ve a bañarte mientras yo hago el desayuno.


Y así empieza su rutina, mientras su pedacito de sol se alista, él le hace el desayuno, prende el televisor del "tiempo de antes" que le costó 1 mes y 3 noches de sueldo y le pone las caricaturas que tanto le gustan para que se distraiga un rato mientras come.

Mientras su niña disfruta de su cereal, los huevos y el programa, él se dirige al baño para ser quién ahora se prepare rápido.


"Interrumpimos la programación para informar que el detective Naoto Tachibana de 25 años, junto con su hermana, Hinata Tachibana de 26 años, han muerto en un trágico accidente, la policía cree que este desafortunado evento tiene relación con la Tokyo Manji, una de las mafias más poderosas que ha azotado a Japón en los últimos 10 años, no obstante..." — se apaga abruptamente.

— Mami, la estaba viendo

— Amor, sabes bien que no me gusta que veas estas cosas, mejor termina de comer y lávate los dientes o si no se nos hará tarde


"Hinata Tachibana.... Hina-chan... cuánto lo siento mí querida amiga, me hubiera gustado verte por última vez".


Hace 12 años, después de enterarse de su embarazo, huyó de casa y por consiguiente, corto todo rastro de comunicación con todos sus amigos de la secundaria, aquellos que lo apoyaron en las buenas y en las malas y tener que enterarse de esta manera, sobre la muerte de uno de ellos era supremamente doloroso, ya que, Hinata Tachibana, fue de las primeras mujeres después de su madre en aceptarlo, respetarlo y quererlo a pesar de su condición, lo apoyó y le ofreció más de una vez sus hombros para llorar, quizás si hubiera seguido en contacto con ella, ahora mismo, ella y su pequeña luz serían grandes amigas, le hubiera ayudado a cuidarla y tal vez, solo tal vez, seguiría viva el día de hoy.

Ante tal pensamiento una pequeña lágrima resbala por su mejilla, sin embargo, un pequeño jaloneo de su ropa lo saca de su ensoñación y rápidamente limpia el pequeño rastro de llanto.


— Mami, ya estoy lista

— Muy bien, entonces, andando mí pedacito de sol


Y poniéndose ambos los zapatos, salen de su casa y caminando de la mano con una gran sonrisa en su rostro, se dirigen a la escuela de la menor. Y es que, aunque quisiera cambiar el pasado, lo hecho, hecho estaba, tomó las decisiones que en su momento creyó que eran las correctas y aunque le costó mucho esfuerzo vivir de manera decente, no se arrepentía de nada de lo que hizo, porque gracias a eso, su pequeña luz está a su lado.


"Si tengo que repetir todo con tal de que estés conmigo, lo haría una y mil veces más Hanabi, porque tú eres mí motor de vida. Te amo, mí pedacito de sol".


De pronto este fin de semana quizás vaya con su hija al cementerio a dejarle sus flores favoritas a su difunta amiga y presentársela como hacía tiempo debió haberlo hecho.


— Bien, pedacito de sol, ya hemos llegado, pórtate bien, ¿Sí?

— Si mami


El mayor se inclina y le da un fuerte abrazo a la niña y un beso en la frente en forma de despedida, camina unas cuadras más y llega a su lugar de trabajo, en donde lo primero que recibe es un llamado de su jefa.


— Hanagaki Takemichi-kun, por fin llegas, ve rápido y ordena está nueva caja que acaba de llegar


Y acatando rápido la orden, empieza un nuevo día de rutina en su vida


MI MOTIVO DE VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora