MI MOTIVO DE VIDA

ESPECIAL

NOTA: Este especial no tiene ninguna conexión con la historia, ni sigue la trama de esta.

El frío de la noche calaba profundamente en su piel, a pesar de llevar abrigo para mantener su parte superior caliente, sus piernas no contaban con la misma suerte. Revisó su reloj, apenas iban a ser las 12:30 y únicamente había recibido 3 clientes en toda la noche. Suponía que al parecer la penumbra de hoy era de esas en donde algunas veces llevaba ¥ 5.000 a casa. Lógicamente, esa cantidad no servía para mucho, pero sabiéndola administrar bien, servían para una semana más de comida.

" Si a la 1:30 no viene nadie, regresaré a casa, total, Hana ha estado muy enferma últimamente debido al clima y es mi deber velar que no empeore su estado, gracias al cielo, la señora Tamayo me está colaborando mucho, así que confío mucho en ella"

El claxon de un vehículo lo saca de sus pensamientos. Era un carro último modelo, color negro y con vidrios polarizados. Supuso que hoy le tocaba el típico cliente que le gusta mantenerse en perfil bajo.

A paso lento pero elegante, se acercó a la ventana del conductor, sin embargo, fue la ventana del asiento trasero la que se abrió, dando a entender que su cliente estaba en ese lado del carro. Puso su mejor sonrisa y cautelosamente se dirigió hacia la ventana abierta, en donde un hombre de cabello rubio peinado hacia atrás, un tatuaje en forma de dragón en el cuello y ojos negros, profundos y tristes era su futuro cliente esa noche.

- Buenas noches, cariño, ¿En qué puedo servirte? -

- ¿Cuánto cobras?

- Depende, por lo general, cobro ¥ 5.000 la hora, pero también hago promociones, ¥15.000 las 3 horas y ¥ 30.000 toda o lo que resta de la noche

El hombre no dijo nada, solo metió las manos a sus bolsillos, sacó un gran fajo de billetes, contó unos cuantos y le pasó el motón. El ojiazul recibió el pequeño fajo, hizo nuevamente la cuenta y en total tenía ¥50.000 su cliente lo quería para el resto de la noche.

- Quédate con el cambio. Abre la puerta y sube

Obedeció al pedido y quedó al lado del hombre. El auto era muy cómodo y era de 4 asientos, los cuales estaban posicionados en espejo. En frente de él estaban dos hombres de cabello morado y con tatuajes en el cuello y en el asiento del piloto iba uno con el pelo rosa y ojos azules, los cuales pudo observar por el retrovisor que lo estaba matando con la mirada.

El recorrido fue tranquilo y silencioso. Supuso que lo llevaría hacia su apartamento, ya que, en ningún momento paró el algunos de los moteles que había por la zona, así que, mientras llegaban, se iba distrayendo, mirando los edificios y los carteles iluminados que había en las calles.

- ¿Cómo te llamas? - le pregunta su cliente

- Mitchi - responde sin quitar la vista de la ventana

- ¿Mitchi? ¿En serio? ¿Acaso eres un gato?

Él no respondió en el acto, simplemente le mira, sonríe de la forma juguetona, posa su mano en el hombro del contrario y se recuesta sutilmente y responde con un tono de voz muy suave, casi juguetón,

- Esta noche, soy todo lo que tú quieras cariño, ~nya~

Vuelve a su posición inicial y de nuevo se distrae con los edificios y las luces sin quitar la sonrisa.

El trayecto sigue con normalidad y finalmente llegan a su destino, un lujoso edificio rodeado de personal armando, algo típico de los Yakuza. Subieron por el elevador y llegaron al último piso, el cual era un apartamento tres veces mayor al lugar donde vivía con su pequeña, la decoración era simple pero hermosa y el televisor era de última tecnología.