CAPÍTULO 18

198 41 1
                                    

Desde que tienen memoria, los amigos de Takemichi saben que él es el más sensible del grupo, aunque a veces se haga el fuerte, generalmente deja que sus emociones lo dominen y siempre termina hecho un mar de lágrimas, lejos de molestarlos, esta acción les parece muy conmovedora y una prueba irrefutable que, entre ellos, quien tiene más humanidad y empatía, es Takemichi.

Sin embargo, esta vez ha sido completamente diferente. Nunca habían visto al ojiazul llorar de esa manera tan desgarradora, ni mucho menos lo había visto tan enojado, al punto de querer matar a los causantes del alboroto, por otra parte, tampoco habían visto a la señora Hanagaki verlos de una manera tan dura y molesta, como si se estuviera conteniendo en darles una merecida golpiza a cada uno de ellos.


— ¿Y bien?, ¿Me van a explicar lo que acaba de pasar? — pregunto muy seria.

— Señora Hanagaki, nosotros solo estábamos jugando y... nos salimos un poco de... control — intento explicar Mikey.

— ¿Jugar? ¿A eso le llaman jugar ahora?, no sé si lo notaron, pero mi hijo estuvo en una situación muy crítica, el médico fue muy claro, nada de estrés y emociones fuertes que afecten su salud y su estado, les permití verlo porque pensaba que con más compañía haría que su incapacidad fuera más llevadera, pero por lo que veo me he equivocado.

— Lo sentimos mucho señora, no quisimos causar molestias — se inclina Draken sintiendo mucha vergüenza.

— Lo siento mucho, no medí mi fuerza y mis acciones — se inclina también Mikey, dejando a los presentes, menos a la mamá de Takemichi, sorprendidos.

— En el futuro, cuando vengan a ver a mi hijo, háganlo con delicadeza y precaución, ha pasado por mucho y lo que más necesita ahora es descansar adecuadamente, de lo contrario absténganse a venir, ¿Les quedo claro a todos?

— Sí señora — respondieron todos.


Sin más, la señora Hanagaki entra a la casa y se dispone a calmar a su hijo, quien sigue llorando desconsoladamente.

Afuera, Atsushi y los demás siguen en shock por lo que acaba de pasar. Si bien, no es la primera vez que la mamá de Takemichi los reprende, nunca lo había hecho tan durante, ni mucho menos, nunca les había prohibido visitar a Takemichi estando enfermo.


— Ken-chin...esta vez la cagamos, la cagamos y en grande


Draken mira Mikey con ironía


— ¿No? ¿en serio?

— Este no es el momento de ser graciosos Ken, he lastimado a Takemichi y... no lo soporto


Draken queda sorprendido en primera por esa declaración y en segunda porqué Mikey jamás lo había llamado por su nombre.


— ¿Y qué quieres hacer?

— No lo sé Ken-chin, pero en verdad quiero disculparme, no soporto que Takemichi este enojado conmigo

— Yo sé que podemos hacer — dice de repente Atsushi

Takemichi seguía sollozando, arropado de pies a cabeza, su madre ya le había dado un té de manzanilla para calmar el vomito y la acides, aun así, se sentía tan enojado y triste, esos idiotas no sentían respeto por nada ni por nadie, no les importo...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Takemichi seguía sollozando, arropado de pies a cabeza, su madre ya le había dado un té de manzanilla para calmar el vomito y la acides, aun así, se sentía tan enojado y triste, esos idiotas no sentían respeto por nada ni por nadie, no les importo su estado de salud, solo siguieron destruyendo todo a su paso, sin detenerse a pensar cuanto fue el esfuerzo de su madre o de él mismo para tener sus cosas, y como dijo el señor del hospital, el hecho de que sean adolescentes, no les daba derecho a actuar de esa forma tan bruta y estúpida... ellos no son unos pandilleros, unos gamberros sinvergüenzas.


— Takemichi, cariño — lo llama su madre — tus amigos han regresado

— ¡Diles que se larguen! ¡no quiero verlos nunca más en mi vida!

— Takemichi, tesoro — su madre entra y se sienta al borde de la cama — entiendo que estes molesto, pero si tus amigos vinieron de nuevo es porqué están arrepentidos y quieren disculparse, anda, ambos sabemos que si no hablas con ellos estarás muy triste y el bebé también lo estará, y no queremos que el bebé este triste, ¿verdad?

— No — Puchero

— Entonces arriba, anda, lávate la carita y ponte otra ropa para que recibas a tus amigos

— Ya voy...


Con parsimonia, Takemichi obedece a su madre, se arregla lo más que puede (debido a su falta de ánimo) y baja para atender a sus amigos, los mira extrañado cuando ve que todos tiene sus brazos tras su espalda y están agrupados escondiendo algo.


— ¿Ahora que quieren?

— Takemichi... yo... quiero disculparme

Takemichi se sorprende al ver como Mikey se inclina ante él.

— ¡Perdóname!... yo... no tenía ningún derecho de destrozar tus cosas, fui inmaduro y te lastimé profundamente con mis acciones

— Mikey...

— Yo también quiero disculparme Takemichi, aunque soy el más maduro, dejé que mi orgullo y ego me cegaran, no medí mis acciones y me desquite con tus cosas, lamento mucho también haberte lastimado con mis acciones

— Draken... chicos... yo

— Nosotros también nos disculpamos Takemichi, tenias razón, por más que Draken o Mikey nos causaran algo de miedo, debimos haberte defendido, lamentamos no ser tan buenos amigos como tú lo eres con nosotros.


Takemichi no sabía que decir.

Se sentía tan conmovido por esas palabras.

Estaba a punto de hablar, cuando Atsushi saca de su espalda su guante de beisbol de la primaria, Makoto su vieja patineta, Yamagishi su casco con sus rodilleras y Takuya una máscara que había comprado en el último festival al que asistió.


— Estos... son nuestros objetos más preciados y nosotros queremos que ahora los tengas

— Chicos...

— Entendemos que no reemplazaran las cosas que perdiste, pero, esperamos que compense y llene el vacío... nosotras más que nadie sabemos el sacrificio que hicieron tu madre y tú para comprar esos objetos

— Chicos... — los ojos de Takemichi se aguan — gracias... lo aprecio mucho

Takemichi en verdad se siente muy conmovido, jamás pensó que sus amigos se tomaran esta molestia, ahora se sentía mal por haberles gritado.

— Takemicchi — Lo llama Mikey — Yo... también tengo algo que darte


Todos los presentes se esparcen y Takemichi abre sus ojos como platos, no puede creer lo que ve, es simplemente... irreal.


— ¿Te gusta?, es... mi antigua bicicleta... la deje de usar cuando mi hermano me enseñó a andar en moto... yo... quiero dártela para compensar la que te rompí... Ken-chin y yo la revisamos y... esta en buen estado, incluso nos aseguramos de que...


Pero Mikey no puede seguir hablando debido a que Takemichi le da un fuerte abrazo que lo deja en shock.


— Gracias Mikey... es muy hermosa... prometo que la cuidare


Mikey con nerviosismo le devuelve el abrazo al doncel, su corazón late rápido y sus mejillas se enrojecen.


— No fue nada... Takemicchi

MI MOTIVO DE VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora