CAPITULO 6

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-EL LAZO QUE NOS UNE- 

Desde el regreso de Star Clown y Kiu al mundo humano, el ambiente en el Hazbin Hotel parecía más denso de lo normal. Aunque el caos usual estaba presente, algo había cambiado en Star Clown. Los recuerdos de su vida pasada la atormentaban cada vez más. La rabia y el dolor que sentía desde el incidente con los matones no desaparecían. Estaba luchando con su propio reflejo, con la sombra que había dejado su versión humana.

Kiu lo sabía. La conocía mejor que nadie en el hotel. Y aunque Star Clown intentaba ocultar su tormento con sonrisas y bromas sarcásticas, Kiu podía ver la grieta que se había formado en su amiga. Decidió que esta noche debía hacer algo.

—Ven conmigo —le dijo Kiu, mientras ambas estaban en el salón principal del hotel, observando cómo los demás demonios discutían y se gritaban entre sí.

Star Clown frunció el ceño, pero no hizo preguntas. Simplemente siguió a Kiu a través de los pasillos del hotel, cada paso resonando en el silencio nocturno. La luz tenue de las lámparas infernales apenas iluminaba sus rostros, creando sombras que se movían al compás de su caminar.

Kiu llevó a Star Clown a un lugar que no conocía: un pequeño jardín escondido detrás del hotel. Era un espacio extraño, apartado del caos que normalmente dominaba el infierno. Las flores negras y moradas que crecían en ese lugar emitían una tenue luz, casi mágica, que le daba al lugar una atmósfera tranquila y surrealista.

—¿Cómo encontraste este lugar? —preguntó Star Clown, sorprendida.

—Es mi escondite —respondió Kiu, con una sonrisa pequeña pero sincera—. Pensé que necesitabas un lugar como este.

Star Clown se quedó en silencio, observando el paisaje. La tranquilidad del jardín contrastaba tanto con la tormenta dentro de su mente que le resultaba difícil procesarlo. Kiu la guió hasta un banco de piedra cubierto de musgo. Ambas se sentaron, y la brisa leve que soplaba hizo que Star Clown se relajara, aunque solo un poco.

—No puedo evitarlo —murmuró Star Clown de repente, rompiendo el silencio—. Siento que... nunca podré cambiar. Todo lo que hice en el mundo humano sigue ahí, persiguiéndome.

Kiu miró a su amiga con empatía. Sabía lo que Star Clown había pasado. Sabía de los demonios internos con los que luchaba cada día. Pero también sabía que había más en ella de lo que Star Clown estaba dispuesta a admitir.

—Lo que hiciste no define quién eres ahora —dijo Kiu, tomando suavemente la mano de Star Clown—. No estamos atadas a nuestro pasado, aunque lo sintamos así.

El contacto fue breve, pero suficiente para que Star Clown sintiera un calor inesperado. Su mirada se dirigió a la mano de Kiu, quien la soltó despacio, como si no quisiera presionarla. El silencio volvió a caer entre ellas, pero no era incómodo. Al contrario, parecía que algo estaba cambiando, algo que ambas podían sentir pero ninguna sabía cómo expresar.

—No sé si puedo cambiar —admitió Star Clown en voz baja—. A veces siento que el infierno es el único lugar donde pertenezco.

Kiu negó con la cabeza, apretando los labios antes de responder. —Eso no es verdad. Y lo sabes. Has cambiado desde que llegaste aquí. Has empezado a buscar algo más... algo que te acerque a la redención.

Las palabras de Kiu resonaron en Star Clown. Quería creer que era verdad, pero cada vez que intentaba pensar en redención, las imágenes de su madre muerta, de las vidas que había arrebatado, invadían su mente como una marea incontrolable. ¿Cómo podría perdonarse? ¿Cómo podría aspirar a algo mejor cuando la oscuridad seguía siendo parte de ella?

—Es difícil... —comenzó Star Clown, pero su voz se apagó. No podía encontrar las palabras adecuadas. Estaba acostumbrada a enfrentarse a todo con valentía, con arrogancia incluso, pero este sentimiento de vulnerabilidad era nuevo para ella.

Kiu, por su parte, se mantuvo cerca, ofreciendo su presencia en lugar de respuestas. La noche infernal continuaba sobre ellas, y las estrellas rojas en el cielo oscuro parpadeaban, como si observaran el momento compartido entre ambas. El infierno podía ser cruel, pero en ese pequeño rincón del jardín, todo parecía más soportable.

—No tienes que hacerlo sola —murmuró Kiu después de un rato—. Estoy aquí, y lo estaré, incluso si todo parece desmoronarse.

Star Clown la miró. Había algo en los ojos de Kiu que la tranquilizaba. Una promesa no dicha, una conexión que estaba ahí desde el principio pero que recién ahora empezaba a entender. Sintió un nudo en la garganta, y por primera vez en mucho tiempo, no se sintió sola. Kiu no solo era su amiga. Era su ancla, su punto de equilibrio en un mundo que parecía querer destruirla a cada paso.

La mano de Kiu volvió a encontrarse con la de Star Clown, pero esta vez, ninguna de las dos la soltó. El momento se llenó de una tensión que ambas podían sentir. Sus corazones latían al unísono, y el silencio entre ellas se volvió cada vez más denso, hasta que las palabras ya no eran necesarias.

Star Clown se inclinó un poco más hacia Kiu, sus ojos fijos en los de ella. Los segundos parecían alargarse infinitamente, hasta que, finalmente, las dos se encontraron. Fue un beso suave, casi tímido al principio, pero lleno de una intensidad que había estado creciendo desde hacía tiempo. El mundo a su alrededor pareció desvanecerse, y por un instante, ni el infierno ni sus tormentos importaban.

Kiu respondió con igual delicadeza, y cuando el beso terminó, ambas se quedaron en silencio, aún cercanas, sintiendo la calidez del otro. Ninguna de las dos dijo nada de inmediato, pero no hacía falta. Lo que acababa de suceder hablaba más que cualquier palabra.

—Supongo que eso también es nuevo para nosotras —susurró Star Clown con una pequeña sonrisa, intentando romper la tensión.

Kiu rió suavemente, el sonido casi musical en el aire nocturno. —Supongo que sí, pero... no me molesta.

El beso había cambiado algo entre ellas, y ambas lo sabían. Era como si el lazo invisible que las unía ahora fuera visible, más fuerte. Y aunque el futuro seguía siendo incierto, sabían que lo enfrentarían juntas.

Esa noche, cuando regresaron al interior del hotel, Star Clown se sentía diferente. Tal vez no estaba completamente lista para aceptar lo que sentía por Kiu, pero algo en ella había cambiado. Las dudas seguían ahí, pero ya no la consumían. Y por primera vez en mucho tiempo, el futuro, aunque incierto, no parecía tan aterrador.

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ahhhh!! *gritos internos*, no pues alch no se que decir, me gusta mas este cap que los otro jsjsjs, en fin, Onestar cambio y fuera >:3

total de palabras: 1091

🍓✨Star Clown✨🍓 -Life is a circus, enjoy the show-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora